XVII

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P.O.V Marcus

No me encontraba muy feliz, así que al día siguiente por la tarde, salí con los chicos para tratar de animarme. Fuimos a comprar un helado como planeamos.

Yo escogí uno de mi sabor favorito: limón. Cuando lo probé no pude evitar recordar los labios de Alexander.

Di un suspiro, añorante.

—¿A qué viene esa cara? ¿Problemas con tu chico? —preguntó con un puchero Hanna, que vestía un conjunto muy veraniego: Una camisa de tirantes que se transparentaba con un top negro debajo, unos shorts azules y unas gafas de sol redondas en la cabeza. Sostenía su helado de fresa y arándano en la mano.

—¿¡Qué!? ¿Cómo que "mi chico"? —pregunté sonrojado. La fémina rodó los ojos.

—Es obvio, Marcus —puntualizó Jonatan. Él vestía un atuendo deportivo cómodo, y llevaba en la mano un granizado de sandía.

—¿Cómo que "obvio"?

—Hablamos del chico ese... Tu novio —explicó Jorge. Él era un tipo simple, siempre llevaba camisetas planas de manga corta y jeans. Se estaba comiendo un enorme helado de tres tipos de chocolate.

Makoto se escabulló entre Hanna y yo de manera tímida.

—Alexande —nombró Makoto con su acento japonés. Él siempre vestía ropas negras y de colores pasteles, su sabor favorito de helado era el de kiwi, aunque apenas se vendía en algún sitio.

Tomamos asiento en un banco. Jorge y Jonatan a los extremos, Hanna al lado de Jorge sobre el respaldo del banco, Makoto entre sus piernas y yo junto a ellos.

—No sé de que habláis, yo nunca dije que fuera gay o que Alexander es mi novio —susurré tímido. Los cuatro me miraron con una expresión que decía a gritos: "¿En serio crees que somos estúpidos?".

—Marcus, no hace falta que lo digas para que lo sepamos... Ahora cuenta, ¿qué te ha hecho ese tío? Como se haya pasado lo golpearemos —sentenció Jonatan haciendo crujir sus nudillos. Yo negué.

—Lo he notado raro desde ayer... —declaré, lamiendo mi helado.

—Tal vez solo tuvo un mal día —trató de tranquilizarme Hanna.

—No, no estaba raro de mal... Si no que raro de que no me hablaba de repente, como si no me conociera —expliqué con un puchero. Ellos me miraron sorprendidos.

—¿Él enfado contigo? —preguntó Makoto.

—... Eso creo —dije, lamentándome. Jorge me dirigió una expresión seria.

—Tal vez está cortante por lo que está pasando en el instituto

—¿A qué te refieres? —pregunté. Makoto, Jonatan y Jorge se miraron entre ellos, apurados.

Tanto Hanna como yo no entendíamos a qué se referían.

—Bueno verás, es que... Últimamente se han sacado muchos rumores de vosotros —explicó Jonatan.

—¿Qué tipo de rumores?

—El tipo de rumores que salen en una escuela solo de hombres —Suspiró Jorge.

—Gente rei de vosotros —añadió Makoto, pronunciando una "r" suave en vez de fuerte.

—Malditos subnormales —gruñó Hanna .— ¿Qué les tiene que importar a ellos con quién se besa quién? Panda de gorilas —añadió molesta.

—A mí no me importa que me digan cosas así —aclaré. Jonatan apoyó su mano sobre mi hombro.

—Tal vez a él si le importa —indicó. Yo le miré sorprendido .— Alexander no es como tú, parece ser el tipo de persona introvertida que no está acostumbrada a que le presten tanta atención, y más si es "mala atención" —Asentí.

✖¿Hay amor?✖ (BL) FINAL IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora