XX

360 52 68
                                    

P.O.V Marcus

—Cariño... —la voz de mi madre sonó tras la puerta de mi cuarto. Llamó varias veces .— ¿Puedo pasar?

Me encontraba hecho un ovillo en mi cama, llevando mis rodillas contra mi pecho y escondiendo mi rostro entre estas.

—Sí, supongo... —respondí. Escuché como abría la puerta e ingresaba a mi cuarto, sentándose en el borde de la cama.

Noté su mano acariciando mis cabellos pelirrojos.

—¿Qué ha pasado, amor? —preguntó dulcemente. Yo descubrí mi rostro húmedo, acababa de llorar hace unos minutos.

—Mami... ¿Alguna vez trataste de ayudar a alguien pero sentiste que no podías hacer nada? —susurré secándome el rostro. Ella frunció los labios.

—Claro que sí cariño —aseguró acariciando mi mejilla, yo la miré .— Hay veces en las que no basta con toda tu voluntad para lograr algo... Es complicado —La observé suplicante .— Pero cuando le pones voluntad es cuando puede llegar a hacerse realidad, solo debes saber cuando parar —añadió.

—Yo no sé si debo parar, mamá —declaré. Ella me sonrió leve, besando mi mano.

—Cuenta la de veces que esa persona te ha hecho feliz y la de veces que te ha dañado... Si las dolorosas superan en mucho a las alegres, tal vez debas dejarlo ir —aconsejó.

Yo comencé a pensarlo. Realmente Alexander solo me ofreció dos momentos dolorosos de verdad, uno fue cuando me "usó" y el otro solo fue para protegerme de él mismo.

Pero tengo tantos buenos recuerdos con él, mentiría si dijera que no ha valido la pena todo lo luchado por solo ver una hermosa sonrisa en sus labios, tan maravillosa, tan reconfortante...

—¿Qué hago si esa persona quiere que lo deje pero estoy absolutamente seguro de que eso le hará más daño? —murmuré. Mi madre sonrió nuevamente, apacible.

—¿Sabes, cariño? Cuando conocí a Anna todo fue un lío —reveló, yo la miré interesado .— Yo estaba dispuesta a darlo todo, pero ella estaba empeñada en que jamás encajaría en mi familia, que jamás la aceptarías, que la odiarías —Me quedé totalmente atónito.

—¿Yo odiarla? ¿Por qué la odiaría?

—A veces tenemos tantas inseguridades que no somos capaces de ver la realidad... Tú mismo lo has dicho, no tiene sentido que ella pensara que la odiarías, pero estaba totalmente segura de que sería así —susurró .— Llegó a tratar de romper conmigo semanas antes de que te la fuera a presentar como mi pareja —explicó.

—... ¿A tanto llegó?

—Ella creía que era lo mejor, que yo estaría mejor con un hombre que con ella y que tal vez así tú sí lo aceptarías —añadió .— No la dejé ir, por supuesto... Estaba muy segura de mis sentimientos por ella y los suyos por mí, no permitiría que por una simple inseguridad suya todo se acabara

—... Gracias mami —susurré con una leve sonrisa. Ella negó besando mi frente.

—Tienes un hermoso corazón, Marcus... No dejes que nadie nunca te dañe, es cierto que en las relaciones hay antibajos y momentos dolorosos, pero nunca debes confundir amor con otra cosa —advirtió. Yo asentí con la cabeza.

—Lo pensaré mami —dije con una media sonrisa. Ella se levantó de la cama y besó mi mejilla.

—Pero... Por ahora te aconsejaría que dejes que las aguas se calmen, tal vez así ese chico piense mejor las cosas

—De acuerdo —Y tras eso mi madre se retiró de mi cuarto. Yo suspiré abrazando con fuerza el oso de peluche gigante, casi podía sentir el olor corporal de Alexander impregnado en él, era muy relajante.

✖¿Hay amor?✖ (BL) FINAL IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora