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Jayne

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Jayne

La luz del sol atravesando una cortinilla me levantó, mis ojos ardían por completo. Estaba envuelta en una sábana blanca sobre una cama, dirigí mi mano a mi frente ya que trataba de recordar que había pasado, más bien donde estaba.

Mi mente estaba borrosa, todo lo estaba. Lo único que recordaba era dirigirme a casa con ese chico...

Comencé a observar la habitación en la que me encontraba, era color azul marino y tenía diferentes cosas colgadas de la pared, una mesilla de noche con diferentes discos en ella... de nirvana e incluso de the fray.

Pero... esta no era mi habitación o si quiera mi casa.

Confundida miré hacia ambos lados y al mirar hacia mi derecha sentí que el corazón se me saldría por completo. Ahí estaba él. Acostado en el suelo, un par de sábanas grises lo cubrían,

¿Cómo era posible que Kane estuviera a mi lado? Aún peor en la misma habitación.

Diablos...

Hice lo único que apareció en mi mente, Le tiré una almohadilla encima.

— ¿Qué Mier....

-—¿Qué hago yo aquí?—pregunté molesta.—Habla ahora.

Su cabello estaba alborotado, sus ojos estaban entrecerrados, él estaba ahí con una camiseta negra, su piel blanca resaltaba demasiado. Creo que para una chica común Kane sería como un chico inalcansable, era demasiado atractivo odiaba admitirlo y tenerlo unos cuantos metros de mí era algo que no podía creer.

—Espero una respuesta—Reclamé mirándolo con mis brazos cruzados sobre la cama.—y la quiero ahora.

—Veo que ahora estas en tus cinco sentidos. Me alegra.

¿Que? ¿Qué fue lo qué pasó esta noche más bien esta mañana?

—¿En mis cinco sentidos? No te hagas el imbécil y contéstame esa pregunta.

—¿Quieres que te conteste eso?—sonrió un poco—¿Quieres que te cuente cada detalle? Podría hacerlo, cada detalle... Se me da muy bien hacer eso.

Su voz era pícara. De una forma extraña había pasado de ser algo serio a ser una persona que podría estar hablando en doble sentido, estaba segura de eso.

—Creo que es lo que estoy esperando, por algo te he preguntado.

—No tengo tiempo para hablar de estas cosas—sonrío burlón y se volteo para volver a dormir.—Vuelve a descansar.

Este chico era tan... no lo sé irritante diría yo. Y de nuevo agarré la última almohada que quedaba sobre la cama.

Al parecer los bipolares algunas veces podían ser jodidamente irritantes.

—¡Oye!—volvió a voltearse y me miró molesto.

—Necesito respuestas Green.

—¿No recuerdas nada—preguntó incrédulo y sonrió.—¿En serio? Joder...

Tú ,mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora