Fingir querer a alguien fue el principio de todo lo raro que se me vendría encima, terminar con el había sido la mejor de mis decisiones, pero después de muchas cosas para tratarlo de superar termine topándome con...
No importa, solo se que las pers...
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Jayne.
Las reuniones familiares suelen ser aburridas, los Collins principalmente suelen realizar dichosas fiestas elegantes en lugar de convivir. Por la familia parte de mi padre claro está, pero por la familia de mi madre la mayoría de mis familiares optan por ir a una pequeña y lujosa mansión en un bosque que es propiedad privada de mi tía (lo sé, algo exagerado de decir). La mayoría de mis familiares asistirán, mi padre no es mucho de ir a esa clase de reuniones y esta semana solo se la pasó discutiendo con mi madre de ello. Lo sé, aunque fuera familia de mi madre él se negaba a ir ya que no siempre suelen salir las cosas como uno lo piensa y, bueno al menos al viejo Richard no solía gustarle eso.
La cena era tan tranquila que se me hacía algo extraño que ninguno de los dos discutiera al respecto ya de ello, al parecer mi padre había cedido finalmente para ir y bueno, no lo culpo mi madre suele ser una persona que no se cansa de insistir hasta conseguir lo que quiere.
La comida en mi plato no había sido tocada aún, estaba pensando y asimilando todo lo que había pasado y lo que tenía frente a mi, —a mis padres comiendo—Y los veo tan indiferentes él uno al otro, no sonríen y solo se la pasan comiendo en silencio y bebiendo. ¿Es normal cuando una persona quiere a otra tener está totalidad de silencio en los pocos minutos que la ves al día? Ahora, prestando atención me cuestiono si mis padres se quieren.
—Así que, Jayne no hagas planes mañana—Al decir aquello mi padre, tomó toda mi atención y me hizo levantar mi mirada del plato—Tenemos una reunión a la cual ir.
—Está bien, ¿A qué horas iremos?
—Posiblemente en la mañana querida—comentó mi madre—Está a dos horas y si estaremos allá todo el día debemos aprovechar todo momento ¿No?
Al parecer mi madre estaba ansiosa por qué una sonrisa aprecio en su rostro. Algunas veces tampoco logro entender la personalidad de mi madre.
—Bueno, para poner mi alarma. Ya saben, con eso de que es sábado mañana yo no estoy dispuesta a despertarme temprano los sábados pero si es para ir a la reunión está bien.
Comencé a mover mi comida de un lado a otro y finalmente di un bocado de el puré que tenía en el plato que no había probado en toda la noche.
—Jayne, dime ¿Aún hablas con ese chico, Kane?
Cuándo mencionó aquello hizo que casi me atragantara, empecé a toser un poco y tomé algo de agua.
—¿Kane?
—Si, el chico que se presentó como tú novio cuando los vi a fuera.
—Ahm este ese Kane, pues si aún hablo con él—Dije algo nerviosa tratando de evitar hablar de más—Pero, ¿Por qué tú pregunta? Digo no es que constantemente me hagas ese tipo de preguntas sobre personas que has conocido por parte mía.
Bebió un poco y me miró con una mirada que no sabía si era desafiante o triunfante.
—Me alegro de eso—dijo neutro—Tal vez deberías invitarlo, no me vendría mal conocerlo un poco más, de todos modos es tu novio ¿no?
