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JAYNE

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JAYNE

Abrí mis ojos y observé lo que había frente a mí, solo era un techo liso y blanco.

Lo primero que sentí al despertar fue un horrible dolor de cabeza, no recordaba nada de esta noche, no sabía en donde estaba, mire hacia los lados entonces reconocí el lugar en donde me encontraba.

Mi habitación.

No sabía qué hacía aquí o como había llegado, mis recuerdos se detienen cuando vi a Kane llevarme a un rincón oscuro, lo demás solo es negro.

Por alguna extraña razón miré hacia abajo de mí, y me di cuenta de algo extraño, muy extraño. Una gran camiseta cubría mi cuerpo, aquella era color beige pero sí que era demasiado enorme, cubría hasta mi rodilla. Con algo de confusión acaricié la tela con las yemas de mis dedos y solo pude fruncir el ceño al verla y sentirla.

— ¿Qué demonios?—susurré.

Un extraño sentimiento comenzó en mi estómago, ¿Qué era? ¿Nervios? ¿Intriga? No podía descifrarlo, o tal vez...

Me levanté de mi cama rápidamente, llevé una mano a mi boca tapándola para así evitar un accidente, corrí hacia la habitación de al lado creo que fui algo tonta porque en mi habitación tengo mi propio baño, abrí la puerta de golpe.

Mierda no puedo pensar mucho ahora.

Ambas manos sostuvieron las orillas de la taza, dejando mi boca libre y así expulsar todo, creí que mis entrañas iban a salirse de mí, literalmente.

Después de eso fui a mi habitación un poco débil, me paré frente al espejo de mi habitación y me miré detenidamente. Miraba como mi cabello estaba, muy desordenado los tonos castaños se aclaraban un poco con la luz que entraba en mi habitación después de ver el desastre que era mi cabello mis ojos cayeron hacia la camiseta.

¿Porque la tenía? Más bien ¿De quién era? No me era familiar en lo absoluto, me quede solo unos segundos mirándola aquello me heló, ¿y si dormí con un chico? Por qué claramente esta camiseta era de un chico, pero...

—Señorita Collins—la voz de Archie al otro lado de la puerta me sacó de mis pensamientos. ¿De verdad estaba aquí?

— ¿Sí?—dirigí mi mirada hacia la puerta.

—Lamentó molestarla, pero el desayuno ya está se lo han preparado hace unos pocos minutos. Le recomendaría que fuese rápido antes de que se ponga frío.

Seguía confundida, intentaba recordar. Pero no recordaba muy bien, no recordaba estar con alguien en una habitación aquella noche o más bien ni siquiera recordaba de donde había salido esta gran camiseta.

—Está bien, no te preocupes... Bajo... Bajo en un segundo Archie—traté de contestar pero seguía frente al espejo mirando a la nada ahora.

— ¿Está bien?—preguntó.

Tú ,mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora