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Jayne

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Jayne

Después de lo que pasó con Kane, me sentía diferente. Después de besarnos seguimos hablando de cosas no muy importantes frente al lago, siguió molestandome un poco con algunas otras cosas mientras nuestras manos estaban entrelazadas. Aunque también dimos un paseo largo por el jardín que había.

No sabía que pasaría después de todo esto. Después de sincerarme con él, llegar a la conclusión de que me gustaba era difícil de aceptar,era difícil porque yo lo odiaba. Odiaba a la persona que aparentaba ser, pero era completamente distinto al verdadero Kane. Alguien que estaba teniendo el gusto de estar conociendo.

Kane me llevaba a casa en su auto el aire comenzaba a entrar con lentitud, era algo fresco pero no me importaba, me gustaba. El atardecer ya se había ocultado, la noche estrellada estaba haciéndose presencia en este momento y kane, kane manejaba mientras fumaba un cigarrillo. Y aunque no me gustara que siguiera fumando, yo no era nadie para decirle que parara. No era nadie para ordenarle las cosas y en este momento el humo no pegaba en mi rostro como de costumbre.

Lo miré, sentía el aire deslizarse por mis cabellos mientras este se alzaba un poco. Veía el perfil de kane manejando, veía como inhalaba un cigarrillo como si fuese aire para poder respirar. Como si lo necesitará para vivir. Nunca entenderé la obsesión de kane con los cigarrillos tal vez era un misterio así como el mio con el zumo de mango. Pero, a diferencia de que el mio no mataba,lo mio no llegaba a consumir por completo a una persona.

—Kane—hable mientras lo observaba.

Se detuvo en la luz roja y me regresó la mirada.

—¿Si?

—¿Puedo subir el volumen de la radio?—pregunté—quiero escuchar algo de música.

—Claro, puedes poner lo que quieras Jay.

Escucharlo decirme Jay por alguna razón había hecho que mi corazón diera un vuelco. Por una parte me llenaba de felicidad aunque cuando intentó llamarme así hace algunas semanas le dije que no debería llamarme así. Pero por otra parte recordé a a Alexander llamándome así, recordé por un momento y hizo que mis sentimientos se pudiesen a un borde. Un borde donde estaba entre irse al vacío o quedarse, aquellos sentimientos que creí haber olvidado, tal vez ya estaban más que muertos pero sólo se me vino su recuerdo a la mente.

Subí un poco el volumen y la canción Foster The People imagination comenzó a escucharse. Yo dejé mis pensamientos sobre Alexander y comencé a disfrutar venir en el auto junto con Kane. Recargué mi cabeza en el asiento aún más y me quedé mirando la luna por un rato, así fue hasta llegar a casa.

Kane estacionó su auto, bajó un poco el volumen de la radio y al principio no sabía cómo despedirme ahora de él, no podía besarlo, no podía decirle cosas como si ahora fueramos novios de verdad, porque no lo éramos.

Tú ,mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora