JAYNE
—Podrías arrancarte ese mechón de tanto darle vueltas y mirarlo—Dijo una voz—Se que te pongo nerviosa, pero no sabía que tanto para que pudieses llegar a arrancarte algún mechón de tu cabello.
Al Escuchar esto levanté la mirada y vi a Kane de pie frente a mi. Claro, que otro idiota haría ese tipo de comentarios.
—¿Tu ponerme nerviosa?—contesté sonriente y el me miró—debes estar demasiado confundido, porque lo único que causas en mi es pena con tus chistes no muy buenos.
—Se que me esperabas—al decir esto hice una mueca—Ya sabes, quedamos en vernos aquí para nuestra cita.
—Lo se, no se porque te gustan las cafeterías con libros si odias cada que entramos a la biblioteca—el se sentó frente a mi y me sonrió.
Bien, Kane había quedado en vernos aquí en la cafetería Skell, era una cafetería con temática de flores y tenía un gran estante con libros que podías leer al tomar algo aquí. Se veía relajante, ese era el problema.
Se veía relajante para Kane.
Agarré el Menú para pedir alguna bebida mientras Kane me miraba, no podía decir que me incomodaba pero si que se me hacía raro ya que el no tomaba la carta para nada.
—Puedes pedir lo que quieras—su voz me hace verlo—Yo invitaré.
—¿De verdad?—asintió—¿Porque?
—Jengi no todo el tiempo tendrás que pagar tú, también puedo hacerlo yo. Además no me vendría mal gastar en comida, me he gastado el dinero en cosas peores.
Al ver la carta la verdad nada se me antojaba, ni siquiera tenía una mínima intención de pedir algo para comer. Si acaso una bebida estaba bien, amaba las bebidas heladas cuando el clima estaba frío ni yo sabía porqué y hoy era un clima perfecto para ello.
—Quiero un té helado—sonreí—y ya.
—¿Y ya? La vez que fuimos por tacos comiste como si nunca en tu vida hubieras comido y ahora quieres aparentar que solo con un té tienes.
—No es lo mismo comer algo por primera vez y querer más a algo que ya ni siquiera te llama la atención.
—Entiendo.
Por lo menos no iba a ponerse a quejar o intentar pelear agradecía ello.
Al momento de ambos pedir, me levanté para mirar las flores de la ventana. El lugar era grande, pero tenía flores por doquier incluso algunas artificiales colgadas en el techo haciendo parecido a un manto. Imagino que era muy popular pero ni siquiera lo conocía, había muchas partes de la ciudad donde vivía que no conocía en absoluto y más porque me pasaba mucho tiempo encerrada en casa o acompañando a mis padres a sus ridiculeces. Algunas veces tenemos mucho por conocer y hay personas que nos frenan para hacerlo.
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Tú ,mi destino
Teen FictionFingir querer a alguien fue el principio de todo lo raro que se me vendría encima, terminar con el había sido la mejor de mis decisiones, pero después de muchas cosas para tratarlo de superar termine topándome con... No importa, solo se que las pers...