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Capítulo 36 — Abandono

Heleritz se encontraba totalmente confundida. Había dejado caer el hacha de su mano, consiguiendo que Uxo todavía tense más su arco.

— ¡No te acerques!

Pero la melliza no escucha sus palabras y, elevando sus manos a modo de rendición, camina despacio hacia el drakar que ella ya había identificado.

Una lágrima se desliza por su mejilla golpeando sus recuerdos. Una lagrima que elimina inmediatamente.

Lagertha baja del drakar tras desembarcar. Su melena se mantenía algo más descuidada que anteriormente, sin embargo, lucia estupenda igualmente. Björn le acompañaba en el viaje, al igual que Ubbe. La melliza corre hacia los brazos de Ironside, fundiéndose en un gran abrazo. El joven tampoco había podido rechazarla pues la felicidad se propagaba por cada poro de su piel tras desmentir sus creencias, aquellas que le indicaban que no volvería a ver a la melliza hasta llegar al Valhalla.

Tras separarse, Heleritz saluda a Ubbe y después, gira ligeramente para encarar a Lagertha. La escudera se mantenía firme, elevando su mentón sutilmente para demostrar su valía y elegancia. Las miradas transmitían entre sí esa tensión notoria que emanaban sus cuerpos. Una sonrisa desvergonzada emana en los labios de la melliza, consiguiendo que también se cree en el rostro de la escudera.

— Volvemos a vernos, Heleritz la sanguinaria.

— Reina Heleritz la sanguinaria. — le corrige la pelirroja mostrando el poder de su nuevo título con un aire fanfarrón, sin embargo, no pretende parecer un acto amenazante sino, un pequeño atrevimiento para demostrar su valía.

Lagertha se acerca ligeramente hacia la pelirroja. — Esperaba escuchar eso, tras llegar aquí. — asegura la escudera colocando sus labios sobre la oreja de la pelirroja. Acaricia suavemente la cabellera de la melliza y después, se recompone dedicándole una sonrisa agradecida.

El encuentro había sido extraño e incluso rozaba la incomodidad. Desde fuera, Uxo había podido observar la situación encontrándose también del mismo modo. No encontraba palabras para poder catalogarlo y tampoco para poder explicar los motivos de la presencia de la escudera en el reino de Sogn. Sin embargo, el mellizo sabía de la clara venganza que Lagertha quería realizar contra Ivar ya que el mismo deshuesado le había advertido de las intenciones de esta cuando pudieron hablar en privado. Ivar, sabía perfectamente de la situación en la que se encontraba y del honor y orgullo que tenía la escudera. Sabía que, de echarle de Kattegat, tarde o temprano recibiría algún asalto donde acabase convirtiéndose de en una guerra y sabía, completamente con certeza, que en el momento en que Lagertha se enterase que Helertiz ya no estaba a su lado, intentaría unir sus fuerzas. El deshuesado era una persona muy observadora y también, inteligente y a pesar de avisar a Uxo sobre lo que sucedería, el mellizo no había creído sus palabras hasta este mismo instante.

Tras la llegada de la noche y de los continuos fracasos del mellizo por intentar avisar a su hermana, un banquete da comienzo para darles la bienvenida a aquellos que huían de Kattegat, sus invitados. La melliza reposaba en su torno junto a su marido —ambos sin apartar la vista de Lagertha—, Uxo se encontraba sentado a la izquierda de su hermana, también contemplando la escena.

— Reina Heleritz...

— ¿Desde cuándo me llamas así, Uxo? — pregunta incrédula la melliza mirando a su hermano.

— Desde que no me escuchas.

La pelirroja frunce su ceño intentando que el mellizo también la mire a los ojos, sin embargo, este se encuentra con su mirada al frente, sin dedicarle ni un solo segundo a su hermana. — ¿Qué tonterías dices?

— Hel... ¿Acaso sabes de las intenciones de Lagertha?

— ¿Qué quieres decir con eso?

— Demasiada casualidad que justamente cuando la noticia sobre tu matrimonio surca los mares, sea cuando aparezca.

— Björn y yo éramos grandes amigos.

— No dudo de ello. Pero hermana, piensa como lo hacía la antigua Heleritz.

La melliza aprieta sus puños con fuerza y mira la frente retirando la atención de su hermano. — ¡Ya estoy cansada de eso! Sigo siendo la misma Heleritz. ¡Vete!

La mirada de todos cuantos asistían al evento queda fija en la escena familiar. En Uxo podía verse la impotencia reflejada y en Heleritz la ira. La pelirroja creía ser cuestionada por cada persona que arrastraba de su pasado, con continuas comparaciones y el mellizo, sentía la frustración cuando con cada acto se daba cuenta que cumplía con las palabras que el deshuesado le había advertido. Ivar le avisó de la tensión que provocaría la presencia de Lagertha y, de lo favorable que sería para ella, separarles. Siendo realistas, es muy fácil ganarse a alguien despechado pero muy complicado hacerlo de alguien que solo quiere proteger a sus seres queridos. Uxo jamás jugaría en un bando concreto, lo único que haría el mellizo sería proteger a los suyos. Sin embargo, Heleritz se posicionaría allí donde su corazón le dictase y el deshuesado tenía muy claro que eso sería en su contra. Para Lagertha la única opción victoriosa era conseguir que Heleritz se aliara y Uxo decidiese no participar.

El protector tenía muy claro que Ivar no podía morir o eso acabaría con su hermana indirectamente pero el orgullo de la melliza pesa más que eso y la pelirroja estaba dispuesta a aceptarlo sin pensar en las consecuencias que eso conllevaría. Heleritz siempre había menospreciado el tiempo y eso Uxo lo tenía muy latente al saber el significado de la ausencia de su amor verdadero.

El mellizo se había tragado su ego en sucesivas ocasiones por su hermana y aun así tenía claro que volvería a hacerlo, sin embargo, una responsabilidad mayor caía sobre sus hombros y por ende, debía erradicar con los peligros de su vida.

— Está bien, hermana. Si así lo deseas... La partida lleva en jaque desde hace tiempo.

Uxo recoge el arco que descansaba sobre uno de los laterales de su asiento y lo coloca tras su espalda. Acto seguido y notando el silencio y la mirada de la multitud, camina con orgullo hacia la puerta.

— ¡Uxo, espera!

El mellizo no gira, ni siquiera se detiene. Continua su paso en busca de su hija para abandonar aquel lugar al que llamaba hogar.

— ¡Detente! — Insiste Heleritz — ¡Te lo ordena tu reina! — vuelve a insistir tras ver la indiferencia de su hermano. Pero nada detiene al mellizo, no ahora que la decisión está tomada. 


***

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¡Bienvenidxs vikings!

Capítulo nuevo por aquí jejej 


¿Qué pensáis de las intenciones de Uxo? 

¿Alguien tiene alguna idea de lo que hará?


¡Nos vemos!:)

(Y muchísimas gracias por el apoyo)


Northland (Ivar The Boneless)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora