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Capítulo 5 — Resiliencia

Días más tarde, tal y como la melliza había dicho, Uxo volvió a abrir sus azules ojos. Cegados por el resplandor, no consigue ver a su hermana con nitidez, sin embargo, sabe de su presencia por la espesa cabellera y el color tan flameante de la misma.

— Por fin despiertas. — sonríe Heleritz.

Tras unos segundos, el mellizo le devuelve la sonrisa tras poder ver con claridad cuando su vista ya se ha acostumbrado.

— Quería ver qué tan capaz eras de sobrevivir sin mí. — bromea el joven.

— Mi muchacho...

— Padre...

Bödvar inunda a su hijo en un cálido abrazo, logrando la delicadeza que nunca había conseguido tener.

Los mellizos, no preguntaron por su madre. Sabían que, de no estar presente, seguramente sería porque ella habría partido hacia el Valhalla. No querían atestarle un duro golpe a su padre, así pues, ignoraron la pregunta pues la obviedad realmente solo haría más daño a ambas partes.

Días más tarde, las noticias surcaron los mares. El rey, acompañado de su hermano, había decido volver a Sogn. Los bárbaros que habían destruido las tierras, no quisieron la conquista, puesto que solamente buscaban la venganza. El pueblo sabía de la historia del berserker así como también la de Nilsa y los mellizos y, no estaban dispuestos a desterrarlos de nuevo como hicieron ellos. Veían claramente la enemistad en aquel que ideó el plan, Gerd Esbensoon y apoyaban ciegamente al jarl Bödvar. Para la familia, fue un alivio. No esperaban que el pueblo se posicionase de su lado después de todo lo que habían perdido pero, todo el mundo sabía de la pureza del berserker y también, de la fortaleza del mismo. Además, por si alguna duda quedaba, todo el reino de Sogn acabó aclamando a Bödvar cuando el rey Harald I lo proclamó guardaespaldas personal.

Bödvar aceptó tal cargo con una serie de condiciones: La protección hacia sus hijos era indudable, así como también, hacia aquel que había demostrado ser su verdadero amigo, Orvar; un hogar digno, donde poder cultivar sus propias tierras; su propio ejército donde poder entrenar bajo sus órdenes y finalmente, poder vengar la muerte de su mujer. El rey Harald I aceptó todas las condiciones, siempre y cuando el ejército lo reconociera como tal —acto que, no le costó en exceso al berserker.

Heleritz y Uxo habían comprendido el apoyo que Orvar significaba para padre. Él había perdido a su mujer por aquel hombre al que trató como un hermano. No confiaba en quien no fuese de su propia sangre, y sin embargo, Orvar demostraba  ser la excepción.

....

2 años más tarde

El reino de Sogn poco a poco retoma la imagen que tiempo atrás había sido. Los campesinos, volvían a tener granjas en las que poder cosechar o mantener al ganado. Así como también, los artesanos volvían a hacerse hueco entre los comercios.

Bödvar había construido un pequeño hogar donde poder refugiarse en sus días de tormento, sin embargo, tanto la familia como Orvar disfrutaban de sus propias alcobas dentro del hogar del rey Harald I Caballera hermosa.

Los jóvenes del pueblo, se habían entregado en cuerpo y alma al berserker, convirtiéndose en guerreros bajo el mando del mismo. Al igual que, los habitantes más mayores quienes no estaban dispuestos a dejar combatir a sus hijos y nietos sin acompañarles hasta el Valhalla si Odin lo deseaba.

No obstante, Bödvar debía librar otra batalla cada día con sus hijos. Los jóvenes cada vez mejoraban más en los entrenamientos que su propio padre se encargó de realizarles tras su recuperación y ambos querían pertenecer a los guerreros del ejército que el encabezaba. El berserker no estaba dispuesto a dejar que sus hijos combatiesen en una batalla pero tampoco quería que luciesen igual de indefensos que la última vez. Quería que, en caso de ser necesario, supiesen defenderse el uno al otro.

Bödvar no podía negar la fortaleza de ambos. No esperaba una recuperación temprana de Uxo y tampoco una energía tan deslumbrante en Heleritz. Ella parecía un lobo sediento cada vez que cogía un hacha y él era capaz de perderse entre las sombras. Ella puro caos y destrucción y él, puro sigilo y elegancia. Ambos dos piezas perfectas para una bomba pesada de artillería; ambos infalibles. Su padre, empezaba a cuestionarse hasta qué punto podrían llegar, y en caso de sobrepasar sus expectativas, qué clase de rivales buscarían sus hijos tras no poder saciar su sed de guerra.
Había entrenado a dos guerreros formidables, que aseguraban sentir en sus propias entrañas la fuerza de un dios. Y su padre, tras ver sus hazañas, no dudaba de ello. Parecían convertirse cuando ambos se daban la mano antes del combate. Sus posturas se tornaban agresivas —olvidando cualquier atisbo de ternura— y sus facciones cambiaban. Sus ojos brillaban cuál fieras en la oscuridad y sus movimientos eran ágiles y feroces a la vez.

Bödvar sabía que lo único que les retornaba a la realidad era la pureza del vínculo que les unía y eso a su vez, le atormentaba. Suponía una debilidad aclamada a gritos... ¿Qué pasaría si uno de ellos se corrompe? ¿Qué pasaría si uno de ellos muere?

...
¡Holaa vikingxs!

Nuevo capítulo 😏😏
No muy intenso pero se aclaran muchas facetas de los mellizos que acabarán siendo claves. Además, no nos olvidemos de ese padrazo que, a pesar de tener algunas dificultades, vuelve a las batallas con un ejército nuevo... ¿Lo pondrá en práctica o no? Jejejej🌚🌚

Hasta la próxima

Northland (Ivar The Boneless)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora