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Capítulo 6 — Rebeldía

Heleritz había observado el mar durante largas horas. No podía lograr comprender como podían vivir animales dentro con tal movimiento de la corriente. Ella también quería ser capaz de moverse entre las olas, sin morir en el intento. Su madre, siempre les avisó del peligro que se hallaba en él, si se caían al mar, ya no podrían volver. Pero Heleritz se sentía rebelde, luchadora y desafiante.

Uxo, ayúdame. He tenido una idea.

Las palabras de la joven, despertaban la curiosidad del mellizo. A pesar de que Uxo era el más precavido de los dos, el valiente vikingo sentía constantemente el arrastre de su melliza y no le importaba, pues gracias a ella, había aprendido muchos trucos en batallas que, de ser por él, no habría llevado a cabo.

Heleritz ata una cuerda a su cintura, pasándola por su torso previamente, asegurándose de quedar bien segura. Después le da el otro extremo a su hermano.

Llegó el momento. — Comenta ella realizando unos cuantos estiramientos.

Uxo la mira curioso. No estaba seguro de las intenciones de su hermana pero sabía que, si ella había tenido que utilizar una cuerda, enrollándosela a su cuerpo, es porque ni siquiera la propia Heleritz estaba segura de salir sana y salva. Sin embargo, esos riesgos le encantaban a la pelirroja.

Sin más dilación, Heleritz corre hacia el agua dejando a su hermano la responsabilidad de su vida. Los mellizos, igual que todos los residentes de Sogn —entre muchos otros reinos— no sabían nadar. No había vikingo que conociese ese arte, sin embargo, ella estaba dispuesta a descubrirlo.

— ¡Heleritz! — grita su hermano viendo como el agua ya cubre el pecho de la pelirroja.

— Si golpeo dos veces seguidas la cuerda, ¡tira de ella! — grita la misma sumergiéndose en el mar.

Los ojos de Uxo permanecían bien abiertos. Un nudo se había formado en su estómago y lo peor de todo es que no podía avanzar hacia la posición donde ella se encontraba o ambos morirían. Sus manos se aferran a la cuerda con fuerza y, cuando cree que es el momento indicado para sacarla de allí, dos golpes fuertes le avisan. El mellizo estira de la cuerda viendo como su hermana se acerca a la orilla.

— ¡Ya está!— anuncia ella caminando hacia él.
Uxo deja caer la cuerda al suelo y corre hasta alcanzarla. — ¿Pero qué haces? Podrías haber muerto.

La pelirroja escurre su melena y después lleva su mano al hombro del mellizo. —Voy a aprender a nadar.

Uxo, ante tal disparate, abre sus ojos y rompe en carcajadas. Heleritz le mira con un rostro serio y en ese momento, el joven muchacho toma las palabras de su hermana completamente en serio. — ¿Cómo piensas hacerlo? — pregunta intrigado.

— He estado estudiando el movimiento de los peces, utilizan las aletas para mantenerse quietos, movimientos repetitivos ¿entiendes? En cierto modo, eso es lo que hacemos nosotros también con los barcos. Utilizamos los remos para avanzar y yo lo sustituiré por mis brazos. — confiesa segura. — Aunque primero tengo que aprender a flotar, igual que el drakar de padre. — continúa está fijando su mirada en las embarcaciones del ejército.

— No voy a acompañarte en esta locura, Hel.

— Claro que no. — asegura con una sonrisa en su rostro, sabiendo que, tarde o temprano su hermano cederá. — sólo te necesito para que aguantes mi cuerda mientras practico.

Uxo tuerce sus labios, pensativo y finalmente acaba aceptando. La pelirroja, vuelve a darle la cuerda a su hermano y se adentra de nuevo en el mar. Consigue flotar, notando el sol en su rostro y entonces sonríe. Sabe que es un avance. Tira de nuevo dos veces de la cuerda y su hermano empieza a estirar de ella.

Northland (Ivar The Boneless)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora