Capítulo 28 — Reencuentro
Heleritz no se lo pensó dos veces y regresó a Sogn. Debía ver a su padre, despedirse de él, disculparle por su ausencia y contarle todo cuanto tenía en mente. Debía acompañarle hacia el Valhalla con su hermano, como una familia, siendo tres los que siempre se habían cuidado mutuamente.
Pero tras llegar a Sogn, la decepción de la vikinga aún es mayor al no encontrarse con su hermano. Su padre, reposa en cama bastante iracundo y a la vez, abatido por la fiebre.
— Padre... — susurra pasando su mano por el rostro de Bödvar. Las lágrimas empiezan a hacerse costosas de retener en los ojos de la melliza y en un ágil movimiento las limpia antes de que estas caigan sobre el cuerpo de su padre. — ¿¡Donde está Uxo?! — pregunta notando el llanto en su garganta.— Él también partió, Heleritz. Buscó su lugar en los mares, igual que tú lo hiciste en Kattegat. — intenta Bo excusar al mellizo.
Sin embargo, las pulsaciones de la melliza están demasiado aceleradas como para hacer caso de cuanto dice el herrero. No puede concebir la remota idea de su padre muriendo solo.
— ¡Heleritz! — una voz conocida entra en acción a las espaldas de la misma. Gira sobre sus talones encontrándose a un sonriente rey Harald I — Acaban de informarme de tu llegada a Sogn. Lamento no haberte dado la bienvenida.
— No te preocupes. Es más, quiero agradecerte por cuidar de mi padre. — se confiesa haciendo una reverencia al final.
Harald se acerca a ella, agachándose para quedar la misma altura. — Una reina no debe arrodillarse ante otro rey.
Los ojos de la melliza se abren de par en par. — Yo no soy reina, rey Harald.
— A mis oídos habían llegado los rumores de tu casamiento con Ivar el deshuesado.
— Son totalmente erróneos. Ivar y yo nos comprometimos hace tres años pero nunca se llevó a cabo la ceremonia.
— ¿Puedo preguntar porque? — indaga mientras se dirige a la puerta, aguantándola con su brazo en modo de ofrecimiento hacia la vikinga.
Heleritz entiende que, de ser perteneciente en Sogn, debía darle explicaciones a su rey y ese, con su padre moribundo, no era el mejor lugar.
— Quizás fue por los herederos.
— ¿No habéis intimado?
— Rey Harald... No creo que eso sea de su incumbencia. — replica la melliza con diversión. Ambos ríen cómplices, sin tapujos.
— Está bien, está bien.
El rey, sospechaba de la esterilidad de Ivar y bastó una mirada afligida de la pelirroja para corroborarlo. Sin embargo, no era más que una burda interpretación pues lo que realmente aguardaba en los pensamientos de la misma era la incomprensión social que sentía al no querer ser madre.
— Y como... ¿Ocurrió lo de padre?
— Hace unos días enfermó. Al principio no quiso llamar a nadie y seguía entrenando a los guerreros y ocupándose de tareas físicas que yo mismo le había pedido que no realizase. Después... Fue él quien ordenó dar el aviso a sus hijos.
— ¿Uxo también vendrá?
— Esperemos que le hayan encontrado.
— ¿No sabe dónde está?
— Uxo partió con algunos de mis guerreros. Se dedica a descubrir nuevos territorios, saquearlos y si lo cree conveniente, conquistarlos. Yo solamente me limito a cederle mis tropas, pero ni si quiera sé dónde se dirige en cada próximo destino. Es... Un alma libre.
— Libre... — repite la melliza.
Ambos llegan al salón principal. El rey ordena abastecer de comida tanto a la vikinga como a los guerreros que había destinado Ivar para su partida.
Tanto Heleritz como el rey Harald I pasan el tiempo hablando de esos largos tres años. Como afectó la victoria en Sogn y como afectó la marcha de Lagertha en Kattegat.
El rey, seguía cuestionándose la misma pregunta que atormentaba al deshuesado, ¿porque no quiso Lagertha enfrentarle?
Heleritz afirmaba que, de no haber sido por Ubbe, Björn y Torvi, Ivar habría acabado con la vida de la escudera sin remordimientos. Y sabe que, si ella no ha fallecido todavía, el deshuesado no descansara en paz hasta conseguirlo.Harald podía notar como Heleritz hablaba con cariño y delicadeza del deshuesado, podía notar como estaba totalmente enamorada de él y eso, en el fondo, le atormentaba. No obstante, aún brillaba más su mirada cuando él narraba historias de Uxo. La melliza se le veía entregada, implicada, y afligida por no haberlas podido presenciar. Cada vez estaba más seguro que, de tener que elegir entre su hermano o su futuro marido, elegiría a su hermano.
...
Dos días más tarde, una flota vikinga desembarca en el puerto de Sogn. El aerófono empieza a sonar avisando de la llegada. Una tropa vikinga muy familiar en el reino, perteneciente del mismo y con grandes botines sobre ella.
Pero quien más aguardaba la llegada era Heleritz, quien de los nervios, no pudo salir a recibirlos y se mantuvo al lado de Bödvar, limpiando los paños húmedos que mantenía en su frente.
— No te preocupes padre, todo saldrá bien. — comentaba la melliza sin darse cuenta que realmente se estaba aconsejando a ella misma.
...
Nuevo capítulo :)
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Northland (Ivar The Boneless)
Fiksi PenggemarUxo y Heleritz, dos mellizos acostumbrados a convivir rodeados de la paz y tranquilidad que el asombroso reino de Sogn le proporcionaba, se ven envueltos en una fatídica lucha tras el pacto de unión de su actual rey, Harald I. Sus padres, dedicados...