PUNTO DE VISTA DEMiles de personas corriendo de un lado a otro, arrastrando maletas por el piso, buscando donde registrarse.
Ese fue el espectáculo con el que me encontré al llegar al aeropuerto.
Yo estaba allí parada, aún paralizada, sin creer que había llegado el día.
-¿Estás lista?- preguntó mi hermana caminando hacia donde me tocaba hacer el registro sin esperar mi respuesta.
Me hubiese gustado responderle que no, que no estaba lista para separarme de ella, que no estaba lista para estar 2 meses fuera de casa. Pero no dije nada de eso evitando sonar infantil.
Acababa de cumplir 16 años, pero en ese momentos sentía que tenía 5 y que en cualquier momentos saldría corriendo a esconderme.
Registramos mis maletas y vino entonces el momento de despedirse.
-Cuidate Zarah, y no hagas locuras- dijo Ziel envolviéndome en un abrazo breve.
-Te extrañaré- dije cerrando mis ojos con fuerza intentando impregnarme de su perfume.
La vi entonces alejarse y caminé hacia el área de embarcamiento de mi aerolínea. El avión partiría en una hora, así que me senté en la sala de espera, aterrada y emocionada a la vez.
Miré por trigésima vez el panfleto del magnífico campamento intentando convencerme de que estaría increíble, de que estaría bien. Recibí un mensaje de mi mejor amiga Tiana deseándome buen viaje y a penas terminé de responderle, hicieron la llamada para subir al avión.
Ziel había sido muy rigurosa, como siempre, y había insistido que estuviese acompañada de dos azafatas en todo momento. Me había parecido exagerado, pero así era ella, siempre protegía a todo el mundo muchas veces olvidándose de protegerse a ella misma.
Las dos mujeres me saludaron y me guiaron a mi asiento con una sonrisa.
Me senté e inmediatamente abrí un libro: El retrato de Dorian Gray, mi favorito.Lo había leído un millón de veces y probablemente lo leería un millón más. Me esperaba un vuelo de 9 horas y era la primera vez que me subía a un avión, así que cuando despegamos, quedé maravillada por la vista que me ofrecía la diminuta ventana.
Un espectáculo de nubes tan blancas como el mismo algodón, ligeras y despreocupadas.
Saqué de mi mochila un pequeño cuaderno para dibujarlas, pero me rendí rápidamente debido al sueño que empezaba a ganarme. Eran las 11 de la noche.
No pasó mucho tiempo antes de que, acurrucada en mi asiento, terminé por cerrar mis ojos grises.
Cuando el avión aterrizó a mitad de mañana sentí por fin el alivio invadirme.
Odiaba los malditos aviones.
Tomé mi mochila y salí de él rápidamente, estar en primera clase siempre te aseguraba salir primero. Me dirigí a los registros donde ya me esperaban guardias de seguridad y completé rápidamente los formularios sin preocuparme por hacer fila.
Salí de allí casi inmediatamente para encontrarme con el chófer que me llevaría a Diamond Roses. Iba a ese campamento cada verano desde hacía varios años, era una manera sencilla para mis padres de deshacerse de mí, y la verdad es que lo agradecía : no había nada mejor que estar a miles de kilómetros de casa.
Me subí al auto y el chófer empezó nuestro viaje.
No estaba nervioso, conocía aquel lugar como la palma de mi mano y me encontraría con muchos de mis amigos.Saqué mi libro favorito de mi mochila: El retrato de Dorian Gray, y continúe con mi lectura.
Llegamos a la inmensa universidad media hora después, era un lugar impresionante y parecía más un museo que otra cosa. Contaba con 5 pisos : 3 de salas de enseñanza, bibliotecas y salas de estudio, y 2 con dormitorios. El piso 5 solo de chicos y el 4 de chicas.
Pero eso no impedía las escapadas, por supuesto.
El chófer abrió mi puerta y sacó mi maleta del maletero para luego entregársela al botones que esperaba en la entrada. Inmediatamente puse un pie en el lugar, sentí aquel aroma tan familiar, una mezcla de lluvia y bosque. Un olor muy inglés, en realidad.
-Señor Baner- saludó muy amablemente la directora del lugar. Venía ella misma a recibirme cada año, siempre tan atenta.
Me preguntaba cuánto le pagarían mis padres por eso. Porque así eran todos, la amabilidad solo existía cuando había dinero de por medio. La saludé de vuelta sin darle mucha importancia y pedí que me guiarán a mi habitación inmediatamente. Obviamente, había exigido una habitación solo, siendo las habitaciones de dos personas, pero la idea de compartir mi espacio no me agradaba.
Me abrieron la puerta de una cómoda habitación, la primera del quinto piso, espaciosa y con enorme vista al jardín. Una vez dejaron mis maletas y me encontré solo en el lugar, me tiré en la gran cama en la que dormiría los próximos dos meses. Estaba exhausto por el cambio de horarios, además que no había dormido nada.
Miré mi reloj, era casi medio día y moría de hambre, así que le envié un mensaje a Ryan, uno de mis amigos.
'Estamos abajo, en el restaurante'
me respondió, y justo para allá me dirigí.Salí de mi habitación cerrando la puerta con seguro y bajé al cuarto piso para luego bajar al tercero, donde se encontraba el restaurante, pero mi camino fue interrumpido por un rostro más que conocido.
Por el pasillo del cuarto piso, venía caminando Zarah Castellan. Miraba al suelo tímidamente, como si tuviese miedo de que la vieran.
Patético.
Me planté frente a ella obligando a que levantase su mirada.
Su rostro al verme fue todo un libro. Frunció el ceño entre sorpresa y disgusto.
-¡Aris!- se exclamó reconociendome inmediato.
Que escandalosa.
La mire de arriba abajo, estaba despeinada y vestía con jeans y unos converses.
Sin duda esta chica necesitaba aprender a arreglarse.Seguí mi camino dejándola allí platanda y bajé a encontrarme con mis amigos.
Sin duda sería interesante, tener a Zarah Castellan cerca.
Primer CAP!
Qué les ha parecido? Aris es sin duda un personaje muy rudo, pero es de mis favoritos.
Ustedes que creen?
Nos leemos<3
DD
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Olvídame Ángel (Completa) #OLVIDADOS#2
RomanceZarah era una sonrisa honesta. Aris nunca sonreía. Zarah era de colores. Aris era blanco y negro. Zarah nunca pensó que conocería a alguien como Aris. Aris nunca pensó que se enamoraría de alguien como Zarah. Un campamento. Un amor fugaz. Un...