PUNTO DE VISTA DE
La señora Hans rió nerviosamente, intentando aligerar la inmensa tensión que había dejado Aris al retirarse, y ni yo, ni ninguno del los invitados, sabíamos cómo reaccionar o qué decir.Siendo Ziel la reina de la diplomacia, continuó la conversación de manera natural, seguida por los demás, pero yo no podía simplemente quedarme allí escuchando mientras que Aris estaba en algún lugar, solo y frustrado. Él había estado ahí para mí cuando más lo necesitaba y yo debía hacer lo mismo, así que tomé mi teléfono de manera discreta y le escribí:
"¿Dónde estás?
Z"
Pero inmediatamente borré el mensaje sin enviarlo, percatándome a que era una pregunta estupida pues solo había un lugar posible.
Miré entonces a Amanda, que parecía ausente, como sí solo estuviese su cuerpo y su mente estuviese en realidad en otra parte. Me preguntaba si ella también, pensaba en ir a ver a Aris, y sentí celos al imaginarme que tal vez él preferiría verla a ella, puesto a que ella sí conocía su historia y sabía lo que ocurría, mientras que yo solo conocía fragmentos desordenados.
Los minutos pasaban despacio en aquel ambiente, y simplemente estar allí se me hacia agotador, como si tuviese que esforzarme demasiado por encajar entre tanta perfección. Miré a Ziel, siempre tan delicada, con gracia y elegancia en cada uno de sus actos, incluso los más mínimos y casi imperceptibles. Sonreía, pero no demasiado, controlando cada una de sus expresiones faciales a la perfección.
Ziel era de la gente que había que querer, era imposible no admirarla e incluso si deseabas despreciarla, no era imaginable puesto a que siempre lograba llamar tu fascinación.
Odiaba no poder ser como ella.
Cuando la cena al fin terminó, me despedí de los presentes, incluyendo de Amanda que fingía llevarse bien conmigo. Nunca había visto tanta hipocresía en el rostro de alguien como en el de ella.
Nos subimos luego al auto y recosté mi espalda del asiento, sintiéndome liberada de toda la tension que contenía aquella casa, tan clara y oscura a la vez. Liam y Ziel comentaron la cena y sobre todo los acuerdos de negocios, teniendo mucho cuidado de no mencionar lo ocurrido con Aris, mientras yo solo me quedé callada, deseando ya llegar a la mansión para ejecutar mi plan.
-Buenas noches.- me desearon ambos antes de retirarse a sus habitaciones mientras yo subía a la mía respondiendo lo mismo.
Incluso si la seguridad de la mansión era increíble, tenía mis trucos para no ser vista, así que aprovechando la oscuridad infinita a pesar de la hora temprana, salí de mi habitación unos minutos después y caminé de puntas a la cocina, donde se encontraba una puerta casi imperceptible que daba acceso al inmenso jardín.
Caminé sintiendo como el frio neoyorkino impactaba mi cuerpo, tan solo vestido por lo que había usado en la cena que consistía de telas ligeras.
Las calles de Nueva York siempre estaban muy iluminadas e incluso, llenas de gente, y esta no era la excepción, lo que no me hizo sentir insegura a la hora de caminar hasta la biblioteca principal de Nueva York.
Sabía que debía estar cerrada, pero delante del hermoso lugar, se extendía una fracción de Central Park, y sabía que allí, entre la inmensidad de los arboles, debía hallarse Aris.
Cuando llegué, miré a mi al rededor, y al no verlo, me dije que tal vez había vuelto a casa, pero decidí caminar un poco más y allí lo encontré, sentado en un pequeño banco con la mirada perdida en el pasado.
No se dio cuenta de mi presencia hasta que estuve a tan solo uno o dos metros, y al verme pude ver la sorpresa total que representaba mi presencia.
-¡Zarah!- se exclamó poniéndose de pie y viniendo hacia mí con urgencia, dándose cuenta de que me estaba congelando.
Se quitó entonces la chaqueta de su traje y la puso sobre mis hombros, haciendo que el frio disminuyera.
-Solo quería saber si estás bien- dije con la respiración corta por haber caminado tan rápido.
No obtuve más respuesta que un abrazo, largo y real, lleno de un sufrimiento que me era desconocido pero que deseaba entender más que nada en el mundo.
-Quiero saber, Aris.- exigí suavemente reuniendo el poco valor que tenía.
Estaba cansada de no entendernos, de no saber que hacer o que pensar. Tampoco sabía que debía sentir, y eso, era lo peor de todo.
Nos sentamos en el banco alumbrado por la poca luz que reflejaba la luna, y lista para descubrir su historia, recosté mi cabeza de su hombro, preguntándome quién era realmente Aris Baner.
Me estoy emocionando por el próximo CAP :)
PREGUNTA DEL DÍA:
Qué pareja prefieren, Zarah y Aris o Ziel y Liam?
Déjenme sus respuestas en comentarios, yo definitivamente no sabría elegir XD
Nos leemos,
Los quiero un mundo
DD
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Olvídame Ángel (Completa) #OLVIDADOS#2
Storie d'amoreZarah era una sonrisa honesta. Aris nunca sonreía. Zarah era de colores. Aris era blanco y negro. Zarah nunca pensó que conocería a alguien como Aris. Aris nunca pensó que se enamoraría de alguien como Zarah. Un campamento. Un amor fugaz. Un...