Zarah era una sonrisa honesta.
Aris nunca sonreía.
Zarah era de colores.
Aris era blanco y negro.
Zarah nunca pensó que conocería a alguien como Aris.
Aris nunca pensó que se enamoraría de alguien como Zarah.
Un campamento.
Un amor fugaz.
Un...
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Saludé con entusiasmo a Frederic, un viejo amigo que ya nos esperaba dentro del lugar. Había estado conmigo en el internado y nos habíamos hecho muy buenos amigos. Él también, vivía en Nueva York, pero había venido con su familia a Londres por vacaciones.
Un mesero vino hasta nosotros con vasos rebosantes de lo que parecía vodka, pero me aseguré de rechazarlo mientras mis amigos lo tomaban con gusto. Nos sentamos todos juntos y empezamos a ponernos al día, teníamos mucho sin vernos ya que Frederic había salido el internado antes que yo y había continuado en una escuela normal neoyorquina.
Me desvíe un momento de la conversación para poder responderle al mesero que me ofrecía nuevamente otro vaso de alcohol, pero mi atención volvió violentamente cuando de la boca de Frederic salió un nombre más que conocido.
-Tengo a una amiga aquí, vino a un campamento o algo así, ¿la conoces? se llama Zarah.- le preguntó Frederic a Nicolas que inmediatamente me miró como si me dejase a mí lugar para contestar.
-La conocemos, está en nuestro campamento- respondí sin dar detalle, pero se notó en mi voz que no me hacía nada feliz que Frederic y ella fuesen amigos.- ¿De dónde se conocen?-pregunté demasiado curioso.
No es que estuviese celoso ni nada, era más bien una sorpresa para mí sabiendo que Frederic era muy...regalado.
-Estábamos en la misma escuela antes de que se mudara a Philadelphia con su tía, y ahora que volvió a Nueva York, entrará en septiembre nuevamente- me respondió sin darle demasiada importancia.
-Sabes mucho sobre ella, parecen ser muy amigos- provocó el imbecil de Ryan.
-Salimos un par de veces- admitió con una sonrisa.
Fruncí el ceño, ahora si estaba molesto.
Nicolas y Ryan me miraban sonrientes, sabiendo perfectamente lo que ocurría entre Zarah y yo.
-Estoy feliz de que vuelva a nuestra escuela. Es preciosa, una chica única, sin duda, y después de todo lo qué pasó...- agregó Frederic para después tomar un sorbo de su bebida, ajeno a lo que sus palabras provocaban en mí.
¿Sabía Frederic del secuestro? ¿Cómo era posible que él supiera y yo no? ¿Zarah confiaba más en él que en mí?
Tenía ganas de gritarle que era un imbecil y que Zarah era mía y únicamente mía, pero sabía que estaba siendo irracional y que Zarah y yo no éramos nada, y probablemente nunca lo seriamos.
Aunque si me gustaba estar con ella, la idea de tener una relación no era algo que me agradara, necesitaba mi espacio y aún no me sentía listo par dejarla entrar en mi vida. Intenté seguir la conversación como si nada hubiese ocurrido sintiendo las miradas cómplices de Ryan y Nicolás. Mientras ellos tomaban, yo me embriagaba con su imagen en mi mente.
Qué diablos me estás haciendo, Castellan?
PUNTO DE VISTA DE
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Me subí al taxi con mi maleta, listo para emprender la ruta hacia el aeropuerto de Londres cuando recibí una llamada de un número desconocido.
Decidí no contestar por seguridad, pero bajo la insistencia de las llamadas, le di al botón verde.
-Liam...- dijo una voz que no pude reconocer.-Sssoy Jane- continuó casi en un tartamudeo.-Estoy en Londres, tengo que hablar contigo- dijo a través de la línea. En su voz había pura desesperación y sentí como imágenes terribles me bombardeaban. Los secuestros que habían ocurrido en la banda, el peligro que podría estar corriendo. Todas las personas relacionadas conmigo terminaban mal. Había sido un imbecil al ir a verla.
-Detenga el auto- le dije al chofer del taxi sintiendo cómo perdía la cabeza.
-¿Dónde estás?- le pregunté esta vez a Jane.
-En mi hotel, el Marriott, cerca del centro-contestó.
Le indiqué la dirección al chofer sin pensarlo dos veces. Antes de poder volver a Nueva York, necesitaba arreglar esto también. Necesitaba saber quién era aquella chica que llevaba mi sangre.
Cuando llegué a su hotel, pedí también una habitación para poder pasar la noche y tomar el vuelo a Nueva York el día siguiente. Jane me esperaba en su habitación, y cuando me abrió la puerta, creí que se desmayaría, pero solo se sentó sobre su cama con la mirada perdida.
-Miranda te contó- Afirmé a modo de saludo, y pude notar que sus ojos estaban rojos, como si hubiese llorado por muchas horas.
-Miranda ha muerto- dijo en un hilo de voz.
Cerré los ojos con fuerza sintiendo el impacto de la noticia, cruda y cruel.
-Me llamó cuando estaba en el hospital y me contó sobre ti, sobre nuestros padres, sobre su hija...- dijo mientras se ahogaba en llanto.
Me senté a su lado sintiéndome horriblemente culpable por el sufrimiento de aquella chica, pero le agradecía infinitamente a Miranda por haber sido más valiente que yo y haberle dicho la verdad.
-Cuando fuiste a verme...¿querías decirme no? ¿Porqué no lo hiciste?- preguntó frustrada.
-Era mejor mantenerte lejos de esto- respondí como única respuesta.
Jane siguió llorando mientras los minutos pasaban, convirtiéndose así en otra víctima del maldito juego de Samuel Williams.
Hello!
Me dolió demasiado la muerte de Miranda, era uno de mis personajes favoritos :(
¿Ustedes qué piensan de ella?
ps: Frederic es el chico que aparece en el CAP 2 de Olvídame Cielo.
