CAP 5- Elementos inesperados

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PUNTO DE VISTA DE

Cuando desperté la mañana siguiente, no podía soportar la emoción

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Cuando desperté la mañana siguiente, no podía soportar la emoción.
Empezarían las clases y la primera del día para mí era literatura francesa, una de mis cosas favoritas del mundo. Pero mi emoción desapareció rápidamente cuando recordé lo que había pasado el día anterior.

Pensé entonces en Aris y en todas las desgracias que podía hacerme :

Encerrarme en un closet y dejarme morir de hambre, secuestrarme y lanzarme de un helicóptero, envenenarme con un refresco...

Reí al darme cuenta de lo estúpido que era todo eso, todo estaría bien, no había mucho que Aris pudiese hacer en realidad ¿cierto?

Me vestí más tranquila : unos jeans y una camiseta negra con mis converses negras, y amarré mi largo cabello castaño en una coleta alta.

Amanda no estaba en la habitación por lo que supuse que ya debía estar desayunando, así que bajé al restaurante.

La encontré en la barra de frutas y la saludé con una sonrisa, pero no me la devolvió.

Extraño.

-¿Está todo bien?- le pregunté al ver su maquillaje algo corrido, como si hubiese llorado.

-Tú deberías saberlo-respondió enojada y se marchó a su mesa dejándome allí plantada.

¿Qué diablo había sido eso?

Miré a los demás chicos de la mesa que reían tranquilamente, sin darle importancia a la tristeza de Amanda.

Crucé mi mirada con la de Ryan y para mi sorpresa se puso de pie.

-¿Cómo estás?-preguntó una vez junto a mí, sonriente.

-¿Qué le pasa a Amanda?- pregunté rápidamente, de verdad preocupada.

-No es nada- dijo subiendo los hombros-le he dicho que Aris está interesado en otra chica y se lo ha tomado mal- dijo casualmente.

-¿Y porqué está molesta conmigo?- pregunté aún confundída, pero antes de que Ryan pudiese contestarme, una mano fuerte ya me estaba arrastrando fuera del restaurante bajo la mirada atenta de todos.

Aris.

Intenté soltarme una vez salimos de allí, pero Aris me agarraba con fuerza, sin llegar a lastimarme.

-¡¿Qué estás haciendo?!- le grité y Aris se detuvo a la mitad de un pasillo desierto.

Su mirada verde se encontró entonces con la mía e inmediatamente sentí como si el aire me faltara.

Se veía muy enojado.

Me pegó de golpe a una pared y puso sus brazos a los lados acorralándome.

Sentía que me desmayaría. Quería gritarle, pedirle que se aleje, pero ninguna palabra salió de mi boca.

Acercó su rostro al mío lentamente y mi mirada se desvío descaradamente a su labios.

Olvídame Ángel (Completa) #OLVIDADOS#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora