PUNTO DE VISTA DE
Desperté al dia siguiente con una sensación extraña de tranquilidad, sintiendo que por fin las cosas retomaban su curso. Me puse de pie y me arreglé rápidamente para ir al banco: sería un día ocupado y con muchas reuniones, pero aquello me gustaba. Liam no parecía estar en casa y supuse que ya debía estar en la base con los chicos. Su presencia era una especie de seguridad, una tranquilidad que había perdido y que había reaparecido con su regreso. Me subí a mi auto y conduje al banco donde la primera reunión del día me esperaba. Revisé entonces los archivos y empezamos a tratar los asuntos pendientes. Aunque al principio había sido difícil dirigir el banco, me había adaptado a ello rápidamente, como si en realidad lo hubiese hecho siempre. Pero las preguntas de la momentánea desaparición de Liam seguían siendo constantes y hacían que me invadiera la tensión.Cuando llegué a la mansión, el silencio reinaba y no había todavía rastro Liam , pero me dije que no debía preocuparme. Preocuparme demasiado por todo era mi especialidad, y había decidido cambiar eso. Recordé entonces que tendría mi primera cita con él aquella noche, y de tan solo pensarlo, me dieron ganas de huir.
Me senté en el sofá de la sala sintiendo como una guerra estallaba en mí, recordando todas la veces que me había prometido alejarme de Liam. Todas las veces que me había sentido vacía y destruida, y aquella parte de mí me imploraba que continuara a ser fuerte, que no cayera en su amor que me había traído tanto sufrimiento. Pero por otro lado, deseaba más que nada volver a estar con él. Vivir aquella vida que siempre había soñado, pero con él. Quería dejar atrás el pasado y crear un nuevo presente. Revolví mi cabello en plena frustración, diciéndome que el amor necesitaba sacrificios.
Me puse de pie y me dirigí a mi habitación a buscar mi computadora, pero me sorprendí al ver que había sobre la cama una gran caja adornada con un laso. Me acerqué a ella de manera escéptica y la abrí, dejándome descubrir tela roja. Un vestido. Lo saqué de la caja y lo extendí sobre mi cama sin poder evitar maravillarme. Era precioso y gritaba mi nombre, como si lo hubiesen hecho para mí.
Busqué en la caja una tarjeta, algo que me indicara quién había dejado aquel presente allí, pero al no encontrar nada decidí ir a cazar las respuestas a la habitación de Zarah. Toqué la puerta un par de veces, y después de escuchar un débil "Entre", pasé mi cabeza por el umbral.
-¿Sabes de dónde salió la caja que estaba en mi habitación? Tenía un vestido dentro.- pregunté.
-No tengo idea- respondió ella sentada sobre su cama con un libro en mano, como siempre.
-¿No viste a nadie ponerla allí?- insistí, pero ella solo negó de la cabeza.
Concluí que debía ser aquello obra de Liam, pero cuando lo llamé para agradecerle, no me contestó.
Viendo que se me hacía tarde, dejé el teléfono sobre la cama y empecé a arreglarme. Me puse el vestido sintiéndome como alguna celebridad de Hollywood y sonreí al verme en el espejo. Solté mi largo cabello y pinté mis labios del mismo color carmin que el vestido. Cuando baje las escaleras, Liam ya me esperaba abajo, vestido en traje y corbata.
Lo saludé sin saber bien qué decir, pero con una sonrisa que no se marchaba de mi rostro. Él también lucia nervioso y no dejaba de mover sus manos, lo que me pareció extraño, pero me dije que tal vez era por la novedad de la situación. No nos encontrábamos a solas muy seguido.
Nos adentramos al auto y Liam condujo en silencio, fijando la mirada en la ruta en todo momento, evitando mirarme. Me sentí algo incómoda ante su actitud desinteresada y me dije que tal vez no se sentía cómodo. Era muy confuso y no pude evitar pensar en ello todo el camino, haciendo que el silencio se volviese tenso.
Llegamos al restaurante que ese encontraba totalmente vacío y nos dirigieron directamente a nuestra mesa. Empezamos a hablar de todo y de nada, sintiendo cómo nos relajábamos poco a poco, como adolescentes en una primera cita.
La comida estuvo exquisita y la velada no podía ser más perfecta, un cuento de hadas recreado en nuestra difícil realidad. Mientras más admiraba su rostro, sus expresiones, sus palabras, más me decía que lo había extrañado demasiado y que entendía al fin porque se había marchado. El Liam que tenía frente a mí no era el mismo Liam calculador y frio que había conocido hacia un año. Era ahora mucho más cálido y amable. Había salido de su profunda oscuridad, había enfrentado su pasado y ahora vivía el presente con una sonrisa. Cosa que aparentemente se me hacia imposible. En aquel momento, me dije que deseaba yo también contagiarme de aquella felicidad libre. Porque sí, había sufrido, pero no me rendiría. No dejaría que mis miedos al dolor llenaran mi corazón y me prohibiesen sentir aquello que tanto tiempo había prohibido. Un amor que Liam encontró en mí, oculto entre tanta incertidumbre.
-¿Qué tal si vamos afuera, Cielo?- me propuso levantándose una vez terminamos de cenar. Me puse de pie yo también y caminamos por el restaurante con las manos unidas, sabiendo que iríamos juntos hasta el fin del mundo si fuese necesario.
¡HELLO!
¿Cómo están? ¡Al fin es fin de semana!(celebra internamente ;)
¿Qué creen que pasará cuando salgan?
¿Alguien está emocionado?
Nos leemos <3
Los quiero un mundo
DD
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Olvídame Ángel (Completa) #OLVIDADOS#2
RomanceZarah era una sonrisa honesta. Aris nunca sonreía. Zarah era de colores. Aris era blanco y negro. Zarah nunca pensó que conocería a alguien como Aris. Aris nunca pensó que se enamoraría de alguien como Zarah. Un campamento. Un amor fugaz. Un...