PUNTO DE VISTA DE
Cuando caminamos a las afueras del restaurante, creí que mis piernas me fallarían y caería allí mismo. Joder, nunca había estado tan nervioso. Le abrí la puerta hacia el área exterior donde el cielo oscuro se presentaba, lleno de estrellas. El piso estaba cubierto de pétalos de rosas rojas, sus favoritas. Ziel se concentró en su belleza dándome la espalda, los ojos fijos en aquel espectáculo tan carmín como su vestido. Me arrodillé lentamente y saqué la pequeña caja de terciopelo negro del bolsillo de mi chaqueta, el corazón latiendo sin control.-Cielo- llamé para tener su atención. Ella se volteó hacia mí y vi como una gran sonrisa se dibujaba en sus labios. Esa sonrisa. Esa sonrisa que me había enamorado desde el primer día.
-Nos conocimos en circunstancias difíciles y hemos vivido momentos dolorosos, pero eres lo mejor que me ha pasado y no puedo imaginarme un día más sin que seas mi esposa.- dije mirándola directo a sus ojos brillantes. -¿Quieres casarte conmigo?-
Por primera vez desde el principio, vi como Ziel ni siquiera pensó la respuesta, y supe que había dejado a su corazón tomar la decisión.
-¡Si!- dijo abrazándome con fuerza, convirtiéndose aquel día en el día mas feliz que había vivido nunca. Era feliz porque estaba con ella, y nada podría ya separarnos.
Tomé su mano con delicadeza para ponerle el anillo y vi que llevaba el que le había dado la noche del anuncio de nuestro compromiso. Me dispuse a quitarlo para poner el nuevo, pero Ziel me detuvo y me brindó su otra mano dejándome entender que aquel anillo era también muy importante para ella.
Dos anillos que significaban cosas totalmente diferentes, pero que nos unían como nada.
Dos anillos, dos etapas de nuestras vidas, y una de ellas, empezaba aquella misma noche.
Vi a uno de los camareros acercarse timidamente con Night en brazos, envuelto en una manta de seda azul, dejando tan solo ver sus patitas negras.
Bajo la mirada curiosa de mi prometida, dejaron al cachorro en el piso, y como si entendiese de que se trataba, caminó despacio hacia Ziel que lo miraba con ternura.
Lo tomó en sus brazos inmediatamente y plantó un beso en su pequeña cabecita sin dejar de sonreír. Yo solo contemplaba la imagen, totalmente perdido entre la inmensa perfección de la mujer que tenía frente a mí, y que sería ahora mi esposa.
Cerré los ojos con fuerza, deseando que aquel momento se tatuara en mi mente por siempre.
-Night...- dijo Ziel mirando el collar del perro. - Me encanta el nombre-
Sonreí feliz de haber acertado y me paré a su lado a admirar el cielo, como si estuviese viendo una luna diferente.
PUNTO DE VISTA DE
Me quedé despierta hasta tarde en mi habitación, y cuando escuché la puerta de la entrada abrirse, corrí a la sala demasiado emocionada.
-¡Felicidades!- grité saltando en los brazos de mi hermana que lucia sin duda radiante. No recordaba la última vez que la había visto tan feliz y de verdad me alegraba por ella.
-¡Asi que si lo sabías!- me reprochó a modo de broma, refiriéndose a cuando me preguntó sobre el vestido. Y por supuesto que sabía, lo había elegido yo misma.
Tomé la mano de mi hermana para poder ver el anillo, pero me confundí al ver que llevaba uno en cada mano. Sabía que Liam quería que fuese especial, pero ¿dos anillos?
-Este fue el de la noche de nuestra fiesta de compromiso y bueno, este fue el de hoy- me explicó ella sonriendo.
Aquellos dos anillos, ambos anillos de compromiso, llevaban en cada uno recuerdos importantes. El primero lo había recibido no como una prueba de amor, pero como un contrato en una situación difícil. No entendía porque deseaba tanto quedárselo de todos modos, pero así era Ziel, se quedaba con lo bueno y lo malo, como si eso le permitiese recordar quien era.
Fue cuando me acerqué a Liam que noté que llevaba en sus brazos a un cachorro. Salté a él inmediatamente, ya encariñada con la preciosa bola de pelos. Era lo más tierno que había visto.
-Su nombre es Night- me indicó Ziel y no pude imaginar un nombre mejor para el perro de mi hermana.
Después de que les desee buenas noches, corrí nuevamente a mi habitación y me acosté en mi cama. Era muy tarde y tenía escuela al día siguiente, pero sabía que no podría dormir sin antes haber hablado con ellos.
Tanta felicidad me llevó a pensar en Aris, y por más tonto que pareciese, me pregunte si algún día, podríamos también ser felices.
Una lágrima se deslizó lentamente por mi mejilla hasta mojar mi almohada, y supe que aquel momento no llegaría nunca.
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Olvídame Ángel (Completa) #OLVIDADOS#2
RomanceZarah era una sonrisa honesta. Aris nunca sonreía. Zarah era de colores. Aris era blanco y negro. Zarah nunca pensó que conocería a alguien como Aris. Aris nunca pensó que se enamoraría de alguien como Zarah. Un campamento. Un amor fugaz. Un...