PUNTO DE VISTA DEDesperté rápidamente, lo que me causó dolor y recordé que mi tobillo estaba lesionado, entonces con más calma, me puse de pie y empecé a arreglarme a la velocidad de una tortuga.
Como todas las mañana, Amanda ya no estaba en la habitación. Ella se despertaba horas antes para maquillarse y peinar su cabello.Me vestí con una falda, ya que se me dificultaba ponerme jeans, y una delicada blusa gris.
Aunque tenía autorización para faltar a clase por mi lesión, la primera hora de clases era historia y no me lo perdería por nada del mundo.
Cuando llegué al salón, me esperaba encontrarme con Aris, pero no había rastro de él.
Empecé a preocuparme. ¿Y si le había pasado algo?
Pensé entonces en Liam.
Lo vería aquella tarde y tan solo pensarlo me ponía ansiosa, pero quería intentar convencerle de que volviera. Le contaría lo mucho que había sufrido Ziel. También me sentía culpable de no contarle a mi hermana que vería a Liam, pero sabía que tenía que respetar la situación.Aris tampoco apareció en las demás clases, así que a la hora del almuerzo, tomé todo mi orgullo y lo lancé al suelo para ir a su habitación.
Toqué un par de veces la puerta con las manos temblando.
¿Y si no quería verme?
Él me había ayudado con mi tobillo. Tenía que ser cordial y preocuparme por él también.La puerta se abrió a medias dejando a la vista a un muy cansado Aris.
Tenía ojeras muy pronunciadas y vestía con un pantalón de deporte y una camiseta sencilla, aunque sobre su cuerpo perfecto, parecía ropa de diseñador.
-Hola- dije tímidamente y Aris alzó una ceja como si no esperarse a que fuese yo.
En realidad, pareciera que no esperaba a nadie.-Hola-respondió con voz un poco ronca.
¿Estaría enfermo?
-No viniste a clase, así que... - antes de que terminase mi frase, ya Aris me había adentrado a su habitación y había cerrado la puerta, dejandome descubrir el lugar.
Era una habitación grande y tenía una sola cama, lo que me indicaba que Aris no compartía su habitación como los demás.
Todo estaba muy ordenado, y no había a la luz ninguna pertenencia suya, a excepción de un cuaderno que descansaba sobre su escritorio.
Se sentó en su cama despacio y yo me quedé allí parada sin saber que hacer.
Terminé por sentarme en un pequeño sofá.
-¿Cómo está tu tobillo?-preguntó evitando mi mirada, como si tuviese miedo de que viera algo a través de ella.
-Estoy bien-dije rápidamente.-¿Tú cómo estás?-Le pregunté casualmente, aunque ya sabía lo que respondería.
ESTÁS LEYENDO
Olvídame Ángel (Completa) #OLVIDADOS#2
RomansaZarah era una sonrisa honesta. Aris nunca sonreía. Zarah era de colores. Aris era blanco y negro. Zarah nunca pensó que conocería a alguien como Aris. Aris nunca pensó que se enamoraría de alguien como Zarah. Un campamento. Un amor fugaz. Un...