Zarah era una sonrisa honesta.
Aris nunca sonreía.
Zarah era de colores.
Aris era blanco y negro.
Zarah nunca pensó que conocería a alguien como Aris.
Aris nunca pensó que se enamoraría de alguien como Zarah.
Un campamento.
Un amor fugaz.
Un...
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Separé a Frederic de mi cuerpo en un empujón brusco, mostrando todo mi disgusto ante su acción.
-¡Aléjate de mí!- le grité desesperada. Frederic pareció al fin entender el mensaje y me dedicó una mirada desolada, para luego simplemente alejarse del lugar, dejándome allí con mi enojo e indignación.
Me recosté de la pared intentando calmarme y concentrarme en lo que le diría a Aris sobre mi descubrimiento, pero los minutos pasaban y no habían rastros suyos. Esperé por casi 10 minutos y me dije que tal vez había tenido algún problema, pero la inquietud no se consolaba tan facilmente. Cuando sonó la campana que indicaba el inicio de las clases, caminé hasta la sala de historia arrastrando los pies, decepcionada de que no haya venido a la escuela. O al menos eso pensaba.
La sorpresa ocurrió cuando lo vi ya sentado en la clase, hablando y riendo con los demás como si no acabase de faltar a nuestro encuentro. Cuando me acerqué a él, ni siquiera se dignó a mirarme y continuó hablando con sus amigos como si yo no existiese.
Me preparaba para reclamarle sobre su cambio de actitud repentino cuando el maestro entró a clase, por lo que tuve que sentarme y quedarme callada.
El maestro empezó a hablar mientras yo solo torturaba mi mente para intentar entender que había hecho mal esta vez para que Aris se comportase de aquella manera conmigo. Durante toda la hora, busqué su mirada esperando descubrir algo, pero no ocurrió nada.
Cuando la campana sonó, me apresuré en recoger mis cosas y salir del aula rápidamente, queriendo alcanzar a Aris.
-¡Aris!- llamé mientras se alejaba por el pasillo, perdiéndose entre los demás alumnos que corrían a sus clases- ¡Aris!- llamé esta vez estando más cerca, y con la certitud de que me había escuchado, pero no volteó a mirarme y se adentró a su próxima clase, impidiendo tener cualquier conversación conmigo.
Tuve que esperar a la hora del almuerzo para al fin poder acorralarlo en la biblioteca, y con toda la frustración que me brindaba la situación, le pregunté que diablos ocurría.
-Alejate de mí, Zarah- fue lo único que dijo tomando casualmente un libro de la inmensa estantería.
La biblioteca estaba vacía, y aunque hubiese estado llena de gente, probablemente ni siquiera lo habría notado.
-¿De qué hablas?- pregunté por su extraña petición, sumergida en una confusión dolorosa.
-Estoy cansado de esto Zarah, no quiero tenerte cerca- explicó sin mirarme a los ojos y pude notar que hablaba enserio.
No supe que decir ni como reaccionar, así que solo salí de allí, sintiendo como una maldita vez más, lloraba por Aris Baner.
PUNTO DE VISTA DE
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-No puede ser posible- le respondí a Ziel, que me mostraba en aquel momento las pruebas.
Así que si era cierto. El señor Baner y la señora Hills habían tenido una aventura, y de ella había nacido Elizabeth.
¿Pero cómo había terminado aquella niña en brazos de la señora Baner y no de su madre biológica?
Habían secretos que muchas veces, se quedaban en el olvido.
-También me encontré con un tal Erick Lights en la fiesta a la que fui con Jane, preguntó mucho por ti- dijo ella mientras se sentaba a mi lado en el sofá.
No pude evitar abrir los ojos como platos al escuchar aquel nombre.
-¿Quién es él?-preguntó Ziel al ver mi reacción, alarmada de que pudiese representar algún peligro.
-Es un viejo amigo. Trabajo con nosotros al inicio de la banda, pero se retiró rápidamente. No lo he visto en años- contesté. De repente sentí una especie de preocupación diciendome que si Erick se había acercado a hablarle a Ziel, debía ser porque estaba interesado. La posibilidad de que ella estuviese viendo a alguien más no me había pasado por la cabeza, pero sabía que nuestra relación "amistosa" era muy inestable.
-Salgamos a una cita- dije de repente, sin saber bien porqué habían salido aquellas palabras de mi boca.
Ziel me miró confundida y fue entonces cuando me di cuenta que en realidad, nunca habíamos tenido una.
-Mañana en la noche- agregué estructurando mi idea. Ziel asintió con aquella mirada escéptica que ponía cuando sentía que estaba haciendo algo que su razón le prohibía.
Me puse de pie y tomé las llaves de mi auto que descansaban sobre la mesa, sabiendo exactamente a donde iría.
Hellooo ¿Cómo están? ¿Cómo va su fin de semana? Aquí es feriado así que no hay clases hasta el miércoles:)
