Zarah era una sonrisa honesta.
Aris nunca sonreía.
Zarah era de colores.
Aris era blanco y negro.
Zarah nunca pensó que conocería a alguien como Aris.
Aris nunca pensó que se enamoraría de alguien como Zarah.
Un campamento.
Un amor fugaz.
Un...
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-Sería un placer para nosotros, señora Hans- respondí a travez de la linea telefónica, preguntándome si Zarah me odiaría o me amaría por aceptar esta propuesta, puesto a que no sabía qué ocurría realmente entre ella y el chico Baner.
Los Baner eran una familia muy adinerada e importante, la señora Baner, ahora señora Hans por su reciente casamiento, había sido por muchos años nuestra abogada, por lo que la conocía desde hacia muchos años. Su propuesta de ir a cenar con ellos no me pareció un problema y me era hasta natural, pero cuando se lo propusé a Zarah al llegar de la escuela, pensé que saldría corriendo.
-No iré.- dijo de manera inmediata, lo que me preocupó.
¿Le habrá hecho algo el chico Baner? Zarah era como una hermanita para mí y me molestaba que le hiciesen daño.
Se sentó en el sofá de la sala en un suspiro, lucia frustrada, como si de repente todo estuviese mal. Me senté a su lado.
-¿Está todo bien?- pregunté.
-El primer día siempre es difícil.- respondió con una sonrisa tranquilizada que no me creí, así que decidí insistir un poco más.
-¿Pasó algo en especifico?-
Vi una ligera duda en sus ojos, que se evaporó rápidamente en cuanto las palabras empezaron a salir de su boca.
-Aris está en mi escuela.- dijo como si se tratase de la peor de las tragedias.
-¿El chico Baner?- pregunté confundido haciendo que sonriese por el sobrenombre.
-El mismo-
- Pensé que eran amigos...- dije sin estar seguro de estar entendiendo.
-No nos llevamos muy bien últimamente- me respondió poniendose de pie, indicándome que la conversación había terminado.
No había entendido mucho a lo que se refería, pero antes de que se fuera, simplemente dije:
-No deberías darle el placer de saber que te molesta, ven esta noche y muéstrale que no puede contigo-
Zarah me miró con una sonrisa, como si no lo hubiese pensado antes, y subió las escaleras imperiales hacia su habitación.
Apareció entonces Ziel en mi campo de visión y se sentó frente a mí.
-¿Cómo es que a ti te cuenta tantas cosas?- dijo entre celosa y enojada, sobre todo frustrada por la falta de comunicación que su hermana y ella tenían.
-Estabas escuchando.- le regañé a modo de broma.
-Ella nunca me cuenta nada de lo que ocurre.- se quejó revolviendo su largo cabello ébano.
Me puse de pie y cuando pasé a su lado, le planté un beso en la mejilla para luego ir a mi oficina, sabiendo que le había robado una sonrisa.
PUNTO DE VISTA DE
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Después de mi charla con Liam, me encerré en mi habitación y miré mi teléfono por primera vez en el día, viendo mensajes de Maya y Tiana, pero también uno de Aris.
No había dejado de pensar en qué podía haber pasado para que golpease a Frederic que por alguna razón me negaba repuestas. Abrí el mensaje de manera insegura, como si temiese su contenido o fuese alguna bomba a punto de explotar. No entendía porque me pedía que fuese al parque Washington a las 5, pero si era aquella una manera de saber que diablos estaba ocurriendo, lo haría. Pensé en decirle a Frederic que fuese conmigo, esperanzada de qué tal vez pudiesen arreglar las cosas, pero descarté aquella idea rápidamente al recordar lo herido que estaba, y que me había dicho que iría al hospital aquella tarde.
Faltaban 10 minutos para el encuentro, así que salí inmediatamente de la casa y caminé ansiosamente hacia la dirección que me habían dado, sintiendo como mi corazón latía a mil de tan solo pensar en qué vería a Aris.
Cuando llegué al lugar, me senté en un banco detrás de un árbol, esperando que Aris apareciese en cualquier momento. También pensaba en que lo vería aquella misma noche en la cena de su madre, y me dije que tal vez podría intentar que hiciésemos las pases antes.
Esperé unos minutos más, extrañada porque sabía que Aris no era de llegar tarde, pero después de hecharle un vistazo al lugar, no fue a Aris a quien encontré, si no a Frederic, sentado en un banco un poco más lejos agarrando la mano de una chica.
Me quedé quieta por unos minutos, diciéndome que no era real y que no podía ser posible, pero estaba pasando, justo delante de mí, y hasta un ciego podría ver la situación. En un impulso violento, me puse de pie y caminé hacia ellos, al verme, la sonrisa de Frederic se borró y soltó la mano de la chica de manera inmediata.
-¡Eres un imbecil!- grité deseando... golpearlo.
Entendí entonces el motivo de la pelea: Aris se había enterado antes que yo y le había dado una paliza por ello.
-Zarah, ¡Espera!- gritó cuando me di la vuelta par alejarme.
-¡Suéltame!- exigí liberándome de su agarre.- Esto se acabó, eres un imbecil.-
Sali de allí casi corriendo, sintiéndome traicionada, pero ninguna lágrima salió de mis ojos pues mi corazón no le pertenecía, así que no lo había roto, pero si lo había decepcionado.
Me costaba demasiado aceptar qué alguien en quién había confiado hubiese sido capaz de engañarme de aquella forma, hechando a la basura la confianza y el respeto. Respiré hondo intentando olvidarme de todas las dudas que explotaban como estrellas por mi cabeza. Caminé hacia la mansión lentamente, intentado no ilusionarme por la acción de Aris, que me había defendido.
Si había reaccionado de tal manera al saber que Frederic me estaba engañando, debía ser porque aún le importaba, ¿no?
Sacudí mi cabeza eliminando aquella esperanza y empecé a caminar más rápido sabiendo que todavía tenía que elegir lo que me pondría para la cena, que sería aquella noche, una distracción bienvenida.
HELLO!
Qué les pareció el CAP?
Esa cena será sin duda muy interesante XD
Recuerden que si comentan #Olvidados y me siguen aquí en Wattpad, los seguiré devuelta<3
