Zarah era una sonrisa honesta.
Aris nunca sonreía.
Zarah era de colores.
Aris era blanco y negro.
Zarah nunca pensó que conocería a alguien como Aris.
Aris nunca pensó que se enamoraría de alguien como Zarah.
Un campamento.
Un amor fugaz.
Un...
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Aquella cena en casa de los Hans había despertado en mí cierta curiosidad, sobre todo porque después de todo, éramos ahora aliados. Los Hans y Los Hills habían aceptado ser accionistas de la banda y financiar la expansión de esta al resto de America central, lo que nos permitía a nosotros monopolizar el mercado y obtener más beneficios por el aumento de ventas.
La actitud de Zarah y de Aris me llamaba también mucho la atención así como la de la hija de los Hills, Amanda, y parecían los tres ocultar secretos en miradas casuales y palabras cordiales impropias de adolescentes. Quise cuestionar a Zarah sobre ello, pero me dije que no deseaba entrometerme en sus asuntos, y decidí entonces que sería mejor preguntarle a Liam que de seguro debía saber.
Bajé las escaleras y me senté en el sofá deseando saber un poco más de los nuevos aliados, así que me introduje a los archivos de la base policial de Nueva York al que aún tenía acceso a pesar de que había renunciado hacia más de un año, y empecé a buscar en los archivos de los Hans.
Lo primero que me apareció en relación con la señora Hans, antes señora Baner, fue el fallecimiento de su hija de 7 años Elizabeth. El archivo del caso estaba casi vacío y había tan solo una autopsia no concluida, lo que me pareció bastante extraño. Los testimonios eran confusos y solo se entendía que había sido un secuestro.
Cuando leí aquellas palabras, fue el secuestro de Zarah que me vino en mente e inmediatamente me dio un terrible dolor de cabeza al recordar aquel horrible momento de nuestras vidas. Pensé entonces en el joven Aris y sentí una empatía increíble, diciéndome que perder a su hermana debía ser la peor de las condenas.
Seguí indagando en el archivo y el nombre del agente encargado saltó inmediatamente a mis ojos: Morrison.
Ver su nombre me traslado mentalmente a mis días como agente, y me pareció aún más extraño que el caso de personas tan adineradas estuviese inconcluso, ya que tenían todos los recursos para continuar la investigación por años. En cambio, el archivo afirmaba que la búsqueda de los culpables solo había durado dos meses.
No había que ser un genio para entender que era todo una mentira.
Había algo más en aquella historia.
Continué mi búsqueda hasta que Jane apareció frente a mí, con una mirada inquieta.
-Necesito tu ayuda- dijo sentándose en el sofá.
Asentí con la cabeza motivándola a continuar, sabiendo que debía ser algo simple, pero que ella complicaba, siendo ese uno de los mayores rasgos de su personalidad.
Jane y yo habíamos empezado a llevarnos mejor después de lo que había ocurrido con James, pero aún me costaba entender su mente hiperactiva. Me recordaba a Noche en aquel aspecto.
-Me han invitado a una fiesta y no quiero ir sola- me explicó con una mirada de cachorrillo que me indicaba ya lo que quería.
-Estoy ocupada- respondí inmediatamente, sabiendo que tenía que preparar el calendario de las entregas del mes.
-¡Por favor, por favor, por favor!- insistió como niña pequeña juntando sus manos a modo de súplica.
-Estoy segura de que Charlotte o Artemisa estarían encantadas de ir contigo- respondí volviendo la mirada a la pantalla de mi computadora.
-El caso es que... me gusta el chico que me invitó.- dijo de manera dramática como si fuera aquella la más grave de las confesiones.
Sus palabras me sorprendieron y hasta me dieron ganas de reír, pero al ver la seriedad con la que Jane tomaba el asunto, solo le dediqué una sonrisa.
Me alegraba mucho que Jane estuviese empezando a abrirse nuevamente al amor y a las relaciones. Sabía muy bien lo traumática que había sido su experiencia, pero ella había logrado encontrar la fuerza suficiente de superarse y aquello me parecía sin duda admirable. Por otro lado, no me gustaba mucho la idea de dejar a Jane ir a una fiesta sola, y aunque tenía tan solo un año menos que yo, la veía como una hermana a la que debía proteger.
-Iré- dije finalmente temiendo que algo pudiese pasarle y sabiendo que esto era una gran paso para ella. -Nos vamos hoy a las 9- dijo con una sonrisa victoriosa antes de subir las escaleras en saltitos mostrando su felicidad.
Negué con la cabeza ante su actitud infantil y concentré mi mirada en los archivos que me mostraba la computadora. Unos minutos después, encontré algo que me desconcertó completamente: eran pruebas de embarazo de la señora Hills al igual que examnes médicos. Entre ellos había un examen de ADN de la pequeña Elizabeth.
¡A que eso no se lo esperaban! XD
¿Nuevo misterio? sip.
Déjenme en los comentarios qué creen que pasara ahora.
