CAP 33-Oscuridad

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PUNTO DE VISTA DE

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7 días.

Tan solo faltaban 7 días para que el campamento terminara y no sabía qué haría después.

Si de algo estaba seguro era de que no quería ir a vivir con mi padre, tan solo estar cerca de él se me hacia insoportable y sabía que no pasaría mucho tiempo para que las cosas se pusieran mal.

¿Mi otra opción?

Mi madre y su nueva familia.

Su nueva hija.

Nacería dentro de menos de un mes y yo aún no lograba hacerme a la idea ni entendía su decisión.

Pero era la mejor opción. La llamé y le anuncié que iría a vivir con ella.

Me había encerrado en mi habitación los últimos dos días, no soportaba ver a Zarah caminando por ahí con el imbecil de Frederic. Lo  que más me molestaba, era que ella no había ni siquiera intentado volver a hablar conmigo, ¿pero no era justamente mi culpa?

Yo le había dicho que se alejara, y ahora que lo había hecho, solo la quería de vuelva.

Después de todo, era mejor así: volveríamos a Nueva York y no nos volveríamos a ver.
Empecé entonces a vestirme para ir a cenar al refectorio. Había faltado mucho a clases y sabía que eso no pasaría desapercibido, pero no me importaba en lo más mínimo.

Esa noche habría una especie de cena especial que hacían cada año cuando se acercaba el final del verano y con ello, el final del campamento.

No tenía ganas de ir, pero tampoco quería quedarme encerrado en mi habitación, así que me puse mi traje y baje las escaleras al salón principal, donde casi todos los estudiante ya estaban sentados en las elegantes sillas.

PUNTO DE VISTA DE

Llegué al restaurante Dumont justo a tiempo y me encontré con James ya sentado en nuestra mesa

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Llegué al restaurante Dumont justo a tiempo y me encontré con James ya sentado en nuestra mesa.

-Te ves preciosa- me susurró al oido en cuanto me acerqué para darle un beso y sus palabras provocaron que mis mejillas se sonrojaran.

Me senté frente a él sintiendo alguna clase de extasía indescriptible, aquel sentimiento que aparece cuando estás con el amor de tu vida, y estaba más que convencida de que James sentía lo mismo.

-¿Cómo va todo con tu hermano?- me preguntó curioso.

-Todo bien, es un chico increíble y me alegra estar en contacto con él, también conocí a su prometida, a la que es ahora líder de la banda y todo lo demás. Su nombre es Ziel pero al parecer están enojados o algo así- dije para luego darle un sorbo a mi copa de vino.

La mesera se acercó a nosotros y tomó nuestra orden para luego retirarse.

-¿Y no te interesa involucrarte en ello?- preguntó suavemente- Me refiero, eres también hija de Samuel Williams, así que mereces estar al mando también-

-No lo sé, Liam y Ziel parecen manejar las cosas muy bien y después de todo, yo solo acabo de llegar. Creo que es mejor que ellos sigan manejando todo.- respondí deseando ya cambiar de tema, pero James continuó.

- ¿y Ziel? Ella ni siquiera pertenece a aquella familia y en cambio, lo maneja casi todo- dijo extrañado, como si no le agradase aquella idea.

-Es la prometida de Liam y trabajó en la banda por mucho tiempo, creo que es normal que sea ella quien decida. Después de todo, Liam se lo dejó todo a ella cuando se marchó.- respondí.

-¿Y sabes porqué se marchó?- me preguntó James con mucho interés.

-No estoy segura, me dijo que necesitaba alejarse un poco de todo eso y por eso fue a Londres-

James asistió en silencio como si algo estuviese ocurriendo en su mente, pero luego cambiamos de tema.

-¿Cuando podré presentartelos?- pregunté en un suspiro.

La idea de mantener nuestra relación en secreto no me gustaba, y estaba ya ansiosa porque Liam y él se conocieran.

-Aún no- respondió James de manera casi autoritaria.

-Pero...-

-Ya hablamos de esto Jane, si no puedes esperar será mejor que...-

-No-lo detuve- esperaré lo necesario- dije intentando aliviar la conversación.

Era lo correcto, debía esperar el tiempo necesario.

Continuamos la velada tranquilamente sin volver a mencionar a Liam o a Ziel. En  cambio, James parecía tener que atender algo importante ya que utilizaba su teléfono cada 5 minutos, lo que en realidad me molestaba, pero no dije nada.

-¿Qué tal sí vamos a dar un paseo?- me dijo una vez salimos del restaurante, y yo asentí complacida, me encantaba la idea de un paseo romántico.

Tomó mi mano suavemente y empezamos a caminar por las calles desiertas de Nueva York bajo la luz de la luna menguante que nos vigilaba.

Seguimos caminando sin rumbo alguno en un silencio reconfortante, como si de repente la noche se hubiese detenido y se hubiese vuelto eterna.

-Te amo- dije casi en un susurro, pero segura de que lo había escuchado.

Antes de que pudiese escuchar la respuesta, todo se volvió oscuridad.

Olvídame Ángel (Completa) #OLVIDADOS#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora