CAP 55-Llorar

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PUNTO DE VISTA DE

Me adentré en la inmensa joyería con una sonrisa en el rostro, sintiendo una seguridad que no había sentido en mucho tiempo y con la certitud de que estaba haciendo lo correcto

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Me adentré en la inmensa joyería con una sonrisa en el rostro, sintiendo una seguridad que no había sentido en mucho tiempo y con la certitud de que estaba haciendo lo correcto.

Había pedido una cita personal con los joyeros, por lo que habían cerrado la joyería para que fuese el único cliente allí y pudiera elegir con calma. Primero me mostraron un anillo de oro blanco con diamantes, pero me pareció muy clásico. Luego vi un anillo con un rubí en centro, pero no imaginaba a Ziel utilizándolo. Esto sería complicado.

Busqué por casi dos horas, admirando anillos diferentes, buscando el perfecto. Uno tan perfecto como ella. Lo encontré en una de las repisas, descansando delicadamente en una caja de terciopelo negro. Era un anillo en oro y diamantes, pero tenía en el centro un hermoso zafiro, reluciente y oscuro. Supe que aquel anillo era el correcto y pedí inmediatamente que me lo mostrasen. Cuando lo tuve entre mis manos, sentí que aquel anillo debía imperativamente estar en el dedo de mi futura esposa.

Una vez mi compra hecha, me subí a mi auto y me dirigí al restaurante Piarelli. Sabía que aquel era su restaurante favorito, en cambio deseaba arreglar un par de cosas para asegurarme de que todo estuviese perfecto.

Cuando llegué, pedí a hablar con el gerente a quien ya conocía, y le pedí una reservación del restaurante completo, explicándole que quería estar totalmente solo con ella. El restaurante tenía una área exterior preciosa, en la cual se podía apreciar el cielo en la noche, así que preparé todo para que cenaremos dentro, dejando que la sorpresa ocurriera afuera. Feliz de mi organización, me dirigí por último a la escuela de Zarah que no debía tardar en salir de clases.

Se sorprendió al verme parado esperándola, y pude notar una pizca de tristeza en su mirada cuando nos subimos a mi auto y le pregunté cómo fue su día.

-Bien- respondió.

Decidí no insistir demasiado y le expliqué la situación. No pudo evitar gritar de la emoción al saber la noticia.

-Necesito tu ayuda para algo- le dije parqueándome frente a Laurose, aquella tienda de vestidos que Ziel tanto adoraba.

Nos adentramos al lugar, casa de cientos de hermosos vestidos, y empezamos nuestra búsqueda, que le deje más bien a Zarah.

-Este le gustará- me aseguró mostrándome un vestido rojo largo. Asentí concordando y la encargada de la tienda lo envolvió delicadamente y lo puso en una caja negra para luego tendérmelo.

Una vez todo listo, le expliqué a Zarah su misión, que parecía más que feliz de ayudarme, y nos fuimos a casa.

PUNTO DE VISTA DE

Luego de aquel agotador día de escuela, me fui a casa directamente y subí a mi habitación

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Luego de aquel agotador día de escuela, me fui a casa directamente y subí a mi habitación. Sentía lentamente como el vacío en mi pecho se extendía, aquel vacío que me recordaba que la oscuridad llegaría pronto.

Tomé el pequeño diario de Elizabeth que había convertido en el mío, y escribí algunas palabras, pero ninguna parecía poder expresar la inercia en la que mi mente se sumergía. Un mensaje llegó entonces a mi teléfono y lo levanté perezosamente para chequearlo, pero se trataba esta vez de una foto. El mensaje era de Zarah.

Me tomó unos segundos entender de qué se trataba y porqué tenía Zarah aquella información, pero aquella foto, aquella sencilla foto, me dió las respuestas que había estado buscando por años.

En un impulso, corrí a la habitación de mi madre, sintiéndome asqueado de mí mismo y de mi familia. Me preguntaba cómo la señora Hills podía venir aquí y dar la cara en todas las cenas después de haber hecho lo que hizo, y sobre todo, como había podido mi padre tener una aventura con la esposa de su mejor amigo.

De tan solo pensarlo mi cabeza daba vueltas.

Entré a su habitación y allí la encontré, sentada en su balcón con un libro entre las manos.

Me miró enojada y supe que me regañaría por no haber tocado la puerta, pero ninguno de sus reproches me afectaban.

-¿Porqué no me lo dijiste?- dije en un susurro.

Ella solo me miró confundida, como si me hubiese vuelto loco.

-¿¡Porqué no me dijiste que la razón por la que odiabas a Elizabeth, era porque no era tu hija?!- grité esta vez en plena desesperación. Mi madre dejó su libro sobre la mesa lentamente y bajo la mirada, como si en sus ojos se ocultara una inmensa culpabilidad.

-Siéntate, Aris- me dijo indicándome la silla a su lado, y por primera vez en toda mi vida, la vi llorar.


¡¡¡Hello!!!

¿Cómo están?

¿Alguien más que quiera llorar con lo que le esta pasando a Aris?

¿Solo yo? ah. (Se aleja llorando lentamente) XD

Sé que aman mis chistes.

Recuerden que si comentan #Olvidados, les dedico un CAP.

Nos leemos,

Los quiero un mundo<3

DD

Olvídame Ángel (Completa) #OLVIDADOS#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora