PUNTO DE VISTA DE
No pude evitar lanzar un pequeño grito de felicidad cuando mi madre me anunció que iríamos a cenar a la casa de Aris, convirtiendo aquella noticia en lo único bueno que me había ocurrido en semanas. Desde que me habían expulsado del campamento, mis padres habían decidido encerrarme, y pasaba mis días estudiando en la casa, sin poder ver a nadie.Podría aquello sonar frustrante, pero para mí, era costumbre.
'¿Es qué a caso eres estupida? ¿Porqué no puedes entender tu responsabilidad? ¡Eres una Hills!'
Me había gritado mi padre en cuanto había llegado, no sin antes golpear mi mejilla con violencia, dejándola roja y herida.
'Más te vales que te comportes'
Me amenazó mi madre unas horas antes de la cena, mientras elegía mi vestido y mis zapatos.
Mi madre siempre lo elegía todo, hasta mi personalidad.
Me vestí con lo que me indicó y practiqué mi sonrisa frente al espejo.
-Tienes que impresionar a Aris, sabes lo conveniente que sería que...- dijo peinando mi cabello sin ninguna delicadeza.
-Aris no quiere saber de mí- contesté en un susurro, asustada por lo que podría decirme, mis manos temblaban.
-¡Pues arréglatelas Amanda! ¿¡Es que a caso tengo que explicarte todo?!- me gritó mi progenitora frustrada por mi incompetencia en conquistar al hijo de sus socios.
Me quedé observándola sin responder, sabiendo que cada una de mis palabras serían solo una razón más para gritarme o golpearme. Era sin duda una mujer hermosa, con su largo cabello castaño y sus rasgos fluidos, una sonrisa de bienvenida, pero una mirada fría y aterradora como quien en realidad no tiene sensibilidad. En público, mis padres eran las personas más dulce y yo era la adolescente perfecta, pero en casa, cuando nadie miraba, todo era diferente y mucho más doloroso.
Era por aquella razón que Aris y yo nos habíamos vuelto tan unidos.
Vivíamos el mismo infierno y buscábamos con desesperación explicaciones o soluciones a lo que enfrentábamos, pero rápidamente entendimos que sin importar qué tanto no esforzáramos, nunca sería suficiente para nuestras familias. Como si en realidad no fuésemos digno del apellido que portábamos.
Me había enamorado de él porque era mi única escapatoria, su sonrisa y su voz eran lo único que me calmaba cuando sentía que el mundo se me venía encima y que de un segundo a otro, colapsaría. Pero yo no tenía aquel efecto en él.
Me miré en el espejo sin evitar odiar lo que veía: una chica patética que no lograba ganarse el cariño e nadie, ni siquiera el de ella misma.
Pero no me rendiría.
Aris se dará cuenta en algún momento de que soy yo, la persona indicada para él, y esta noche, me esforzaría porque lo viera.
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Olvídame Ángel (Completa) #OLVIDADOS#2
RomanceZarah era una sonrisa honesta. Aris nunca sonreía. Zarah era de colores. Aris era blanco y negro. Zarah nunca pensó que conocería a alguien como Aris. Aris nunca pensó que se enamoraría de alguien como Zarah. Un campamento. Un amor fugaz. Un...