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Ámbar POV

La mirada de Simón era inigualable, estaba pálido y con un gran asombro reflejado en sus ojos y labios, parecía estar analizando correctamente mis palabras, pero yo ya lo había dicho y no me parecía correcto decirlo más alto, no cuando en esta mansión todo el mundo se enteraba de las cosas, y más ahora debíamos mantener todo en secreto, no quería que alguien más se llegase a enterar de esto, porque una cosa era que yo confiara plenamente en Simón y otra muy diferente a que me gustase llamar la atención y decírselo a medio mundo.

Y no lo juzgaba, yo en ese momento tuve la misma reacción que él al darme cuenta por primera vez, primero porque no sabía que Sharon era la amante de Bernie, y segundo porque había pasado mi vida entera odiando a mí media hermana, todavía me costaba mucho admitir que Luna Benson y yo teníamos al mismo padre, y no me importaba que ella hubiese tenido a su padre en todo su crecimiento, no cuando me daba cuenta la clase de persona que era, un mujeriego que jugó con dos mujeres al mismo tiempo, y además era ambicioso.

Que horror.

Observé a Simón expectante esperando alguna reacción de él, esperaba que como en todos esos casos él se echara a reír preguntándome sí de una broma se tratase, pero no hizo nada, y desgraciadamente no era una broma, que más quisiera yo que lo fuese. Arquee una ceja viéndolo a los ojos, Simón se puso derecho mientras rascaba su nuca con cierto toque de nerviosismo, suspiré bajando la mirada.

Creo que no me creyó.

—Ámbar— musitó nervioso— Lo que me estás diciendo es algo muy grave, y... Quise creer que era una broma pero tu rostro dice todo lo contrario.

—Sé que es algo muy loco, Simón, y yo también me quedé sorprendida. Eso era lo que había estado haciendo últimamente, investigando toda la verdad.

—¿Pero estás muy segura?

—Mira esto.

Acerqué la caja fuerte hacia nosotros mientras volvía a sacar algunas cosas, encontré la foto y la tendí hacia él, la tomó y la observó sorprendido.

—¿Ves? Sharon y Bernie fueron amantes, y todavía lo siguen siendo— murmuré

—Pero esto no asegura nada, Ámbar— lo miré confundida— Quiero decir, ésta foto sólo demuestra que estuvieron juntos, pero no puedes asegurar a ciencia cierta sí él es tu padre.

—Vamos, Simón, es demasiado obvio, mamá fue la amante de él, salió embarazada de mí y ya.

—Ámbar...

—No estoy loca, Simón. Escucha, hay una mujer que sabe toda la historia, ella estuvo en ese entonces y me contó que mí mamá le dijo a Bernie que estaba embarazada, pero él se negó diciéndole que ese bebé no era suyo, osea yo.

—¿Y quién es esa mujer? ¿Y cómo sabe eso?

—Eso no importa, el caso es que uní los cabos y todo concuerda, soy la hija de Bernie Benson y Luna es mi hermana— afirmé

—¿No has pensando en hacerte una prueba de ADN?

—¿Y cómo se supone que haré eso? No puedo ir donde Bernie y decirle que soy su hija, no puedo hacer tal cosa.

—Sí puedes hacer algo primero.

—¿Qué cosa?

—Decirle la verdad a Luna.

Tal y como Simón lo había dicho, en eso pensaba día y noche, ese pensamiento ocupaba la mayor parte de mi mente, el saber que yo era la que tenía la responsabilidad de decírselo a Luna, pero primero habían cosas que aclarar, no podía simplemente decirle que las dos éramos hermanas y luego vivíamos un felices por siempre, por supuesto que no, en la vida real las historias así no existían, el mundo me había demostrado que nunca nadie sería feliz por siempre, que en cualquier momento llegaría algo que acabase con la alegría.

¡Hey tú, perdedor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora