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Capítulo Final

Ámbar POV

Abrí los ojos lentamente, el intenso resplandor chocando contra mis ojos, hago una mueca, me levanto y observo a mi alrededor, la habitación de Simón, se oía tanto silencio, todo tranquilo y sereno, como si la vida se tratase sólo de descansar y despertar en un reconfortante ambiente, pero desgraciadamente la vida no es un sueño, y lo supe en cuanto los recuerdos golpearon mis pensamientos.

¿Habían posibilidades de qué todo fuese un sueño? ¿De lo qué viví fue sólo producto de mi imaginación? No, no podía ser cierto, recuerdo perfectamente como Sharon vino hasta mí e intentó secuestrarme, llevarme con ella, lejos de Simón. Todavía no entendía muy bien las cosas, mis pensamientos comenzaron a atacarme con preguntas sin respuestas, no pensaba claramente, estaba muy confundida, mis ojos comenzaron a ponerse llorosos, y de inmediato mi respiración se hizo irregular, estaba dándome un ataque de nuevo, como antes.

Respiré profundo para tranquilizar todo mi cuerpo, estaba paranoica, a pesar de que esta experiencia era nueva para mí debía controlarlo, jamás me había pasado esto, ni siquiera algo similar, me entraban nervios con facilidad, llantos, falta de respiración, habían posibilidades de que... ¿Tuviera ataques de pánico? No, no podía ser, yo era completamente sana, tampoco me agradaban los psiquiatras, al contrario, me ponía a pensar, ¿en dónde quedó la otra Ámbar? ¿A dónde se fue esa rudeza y valentía? ¿A dónde?

Todas las características que me pertenecían se habían ido por la borda, y también habían posibilidades de que todo fuera a causa de Sharon, pero... ¿Cómo? Haber, nunca le tuve miedo, siempre copié su aura fría, y si tenía alguna emoción había aprendido a controlarla, a no demostrarla, todo quedaba detrás del muro frío, no había entradas, entonces no sabía porque ahora le tenía tanto miedo, ella ni siquiera se acercaba a mí y yo ya estaba gritando, es que su voz... Me ponía los pelos de punta, no entendía nada.

¿Qué demonios pasaba conmigo?

Me puse de pie al escuchar unas voces en la planta de abajo, salí de la habitación, también los pasillos estaban solitarios, comencé a caminar lentamente sintiendo mi corazón latir a mil, un leve viento frío rozó mi piel haciéndome estremecer, un fuerte ruido sonó debajo de mis pies, me sobresalté exageradamente, miré hacia abajo y había un pequeño auto de juguete, lo había roto, no podía ser de Simón.

—No sabía que Simón tenía hermanos— suspiré viendo mis manos temblorosas—. Contrólate, Ámbar.

Seguí avanzando, bajé las escaleras lentamente, las voces provenían de la cocina, estaban gritando un poco pero trataban de hacerlo en un susurro, reconocí inmediatamente las dos voces, eran de Simón y... Sharon. ¿Qué hacían esos dos discutiendo? ¿Y a solas? ¿Qué podían decirse? Me detuve y me oculté intentando escuchar la conversación, los observé a través de la puerta entre abierta.

—¡No puedes hacer eso! ¡Ella no quiere irse!— exclamó Simón

—¡Claro que sí puedo! ¡Ella es mi hija! ¡Me pertenece!

—¡Que sea tu hija no quiere decir que pertenezca a ti! ¡No es un objeto!

—¡Ámbar está en mis manos quieras o no!

Apreté los puños.

—Ahora que has dicho que Ámbar no es hija de Bernie, dudo mucho que tú también seas su madre.

Sharon intentó darle una fuerte bofetada cargada de furia, pero Simón la esquivó fácilmente.

—¡Cállate! ¡Eso no es asunto tuyo!

—Es la verdad, Sharon, tienes que darle una buena explicación a Ámbar.

—Deja de meterte en asuntos que no te importan, sólo has causado estragos desde que entraste en la vida de Ámbar, ¡ya déjanos en paz a ella y a mí!

¡Hey tú, perdedor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora