39| Manipulación

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Matteo POV

Últimamente las cosas estaban tensas entre todos nosotros en la mansión, algunos estaban tan frustrados con el asunto del plan, específicamente Ámbar que nos dejó claro a todos que ella se encargaría de hacer el plan y no quería que nadie más se metiera, por eso todos decidimos dejarla tranquila, ella era astuta y sabía lo que haría.

Me encontraba de camino a la habitación de Luna, estaba un poco ansioso por verla, porque se supone que pasaríamos tiempo juntos al venir al campamento, pero nuestros planes fallaron al ver todo lo que estaba pasando, y no pudimos hacer más, las cosas no nos permitían poder estar juntos y sabía que debía aprovechar al menos unos segundos con ella. Estaba cerca cuando dos figuras femeninas se interpusieron en mi camino evitándome poder seguir mi camino, las dos se veían enfadadas y eso me desconcertaba, se miraron entre sí sin decir una sola palabra.

—¿Qué pasa?— pregunté

—Necesitamos hablar contigo, Matteo, haber sí ahora tienes tiempo para nosotras— exclamó Emilia

—Sí, porque desde que regresaste con Luna ya ni siquiera nos miras— siguió Valentina

Fruncí el ceño.

—En primer lugar, no regresamos porque Luna nunca fue mi novia, y en segundo, no entiendo porqué les molesta tanto, ustedes tampoco intentaron acercarse a mí— respondí

—Oh vamos, Matteo. ¿Recuerdas que esa estúpida te rompió el corazón? Espero que todavía recuerdes todo el daño que te hizo, y las únicas que estuvimos ahí contigo fuimos nosotras, ¿y con esto nos pagas?— Emilia cruzó de brazos

—De veras que nos las entiendo, ¿porqué actúan tan extraño? Luna ni siquiera les ha hecho algo— dije borde

Volvieron a mirarse entre sí haciéndome rodar los ojos.

—Ya dejen tanto misterio, diganme qué demonios les hizo Luna para que ustedes la desprecien tanto.

—Envidia.

Los tres observamos a Ámbar caminar hacia nosotros con su típica mirada neutra y fría, ¿había escuchado bien? ¿Ella dijo envidia? ¿Porqué deberían envidiar a Luna? Digo, los motivos sobran pero es extraño, nunca me ha parecido correcto que las personas se envidian entre ellas, cada quién tiene su forma única de ser, no es necesario la envidia. Pero todavía no entiendo nada, nunca conocí la verdadera historia de Luna, ella dijo que me contaría todo pero hasta ahora no lo ha hecho, y tampoco sé sí su historia tiene un vínculo con ellas dos, de verdad no entiendo nada.

Emilia y Valentina fulminaron con la mirada a Ámbar, la rubia se colocó junto a mí mientras veía desafiante a las otras dos.

—¿Envidia?— Valentina rió— ¿Nosotras tenerle envidia a esa estúpida? Por favor, no me hagas reír, Ámbar.

—¿Y ahora qué? ¿Te volviste la defensora de Luna ahora?— preguntó Emilia— Eres una hipócrita, Ámbar, sí bien después de todo eres igual a nosotras.

—Claro que no, ustedes son una completa basura de persona, par de envidiosas que sólo quieren perjudicar a Luna, a mí no pueden mentirme, vamos, diganme que no es cierto lo que estoy diciendo.

—Pues no es cierto, tú ni siquiera sabes nada, Ámbar, además, nosotras estábamos hablando con Matteo, deberías hacer una vida y meterte en tus asuntos— exclamó Emilia

Ámbar gruñó con molestia.

—Pero qué cara dura son ustedes dos, y haber Emilia. Cuando vos estabas conmigo, desgraciadamente, me decías que hiciéramos un plan contra Luna, y cuando veías que yo no actuaba, te molestabas exigiendo lo mismo, ¿cómo podés asegurarme que no harán lo mismo ahora?— dijo Ámbar

¡Hey tú, perdedor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora