17| Fiesta «Parte 2»

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Nina estaba a punto de irse de la fiesta, pero retrocedió un paso lejos de la salida al pensar que no debía dejar sólo a Pedro, a pesar de que la había tratado pésimo sabía que el chico no estaba en sus cinco sentidos, y no podía creer que había accedido venir a la fiesta sólo por él.

Supuso que estaría con Ámbar así que decidió alejarse con los ojos cristalizados y el labio temblando, había sido una tonta al venir si jamás le gustaba estar en lugares como estos. Sin querer, al darse la vuelta chocó con un cuerpo haciéndole tambalear un poco pero la persona la sujetó de los hombros evitando caerse al piso y posiblemente hacer el ridículo.

—Nina, lo siento... ¿Has visto a Delfi?

Frunció el ceño confundida mientras su corazón comenzaba a latir fuertemente, no podía creer que Gastón, el chico del que había estado perdidamente enamorada durante mucho tiempo estuviese hablándole ahora. No podía responder, estaba en shock, pero todas sus ilusiones fueron rotas al darse cuenta que había mencionado a Delfi, como siempre y de alguna extraña manera sintió su corazón romperse en mil pedazos mientras bajaba la mirada.

—N-no —susurró.,

—Está bien, iré... Iré a buscarla.

Gastón se veía incómodo ya que jamás había hablado con Nina, había ido un momento por unas bebidas y cuando regresó Delfi había desaparecido, estaba empezando a alarmarse ya que no la veía en ningún lugar de la mansión, Gastón comenzó a caminar hacia arriba subiendo las escaleras corriendo tratando de encontrar en cuanto antes a Delfi.

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Lejos de la fiesta se encontraba Ámbar, con la mirada perdida sobre el nombre en la foto, sintió que un balde de agua fría cayó sobre ella, simplemente no podía ser cierto, Bernie Benson no pudo haberse metido con su madre... ¡Era él! El dueño legítimo de las empresas de Buenos Aires y como tal, el padre de Luna Benson... Su enemiga.

No entendía nada, no comprendía ni en lo más mínimo... ¿Esto era real? ¿Ella estaba viviendo esto? Pues ahora se arrepentía muchísimo de haber luchado por descubrir los secretos de su madre, dejaba caer lágrimas sin reaccionar, sin moverse, sin siquiera mover alguna articulación.

Se sentía estúpida, traicionada, todo el tiempo había tenido que vivir en una mentira, y si ella misma no hubiese descubierto todo su madre jamás se lo hubiera dicho, estaba completamente destrozada.

—Esto no puede ser real —susurró dolida—. Mi mamá me engañó todo este tiempo.

—¿Estabas espiando a tu madre?

La imagen de aquel día se hizo presente en su mente recordando que estaba con Simón cuando vio a un hombre salir de la mansión, el mismo que le entregó la maldita valija a Sharon, recordó con exactitud el rostro del hombre y se sintió aún peor... Era él, Bernie Benson.

Si habían estado engañando a todos aún lo seguían haciendo... Sino, ¿por qué aún se veían a escondidas? Y lo que más le dolía era que posiblemente Bernie fuese su padre, su rostro estaba lleno de tristeza, su madre había cruzado todos los límites, Sharon se había ganado todo el odio de su hija.

Lloró en silencio comenzando a guardar todo en su lugar, ya no tenía caso seguir investigando sabiendo que si descubría más saldría muy mal en todo esto, habían tantas cosas que todavía debía investigar pero quizá lo dejaría así.

Se sobresaltó al oír un ruido proveniente de la entrada, observó asustada cuando torpemente resbaló con unos papeles en el piso cayendo de espaldas y lo siguiente... Todo oscuro.

–0–

Delfi se alejó corriendo de la fiesta al reconocer perfectamente el auto que se había estacionado apenas unas horas de haber empezado la fiesta, no podía creer que había venido, se suponía que la dejaría libre al menos por un momento, la estaba pasando excelente con Gastón y ahora no quería saber la reacción de Liam al ver a su hermana junto a un chico.

¡Hey tú, perdedor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora