42| Luciérnagas

435 32 8
                                    

Lily POV

Esperaba impacientemente sentada en la silla de mi escritorio, observé la hora en mi reloj e hice una mueca de fastidio, me gustaba la puntualidad, incluso dos minutos de retraso era impuntual a mí parecer, había citado al muchacho alrededor de una hora con la dirección de mi empresa.

Estando en esa posición me sentía poderosa, después de todo era la dueña de la empresa, me gustaba sentirme así de cualquier forma, observé la foto de mí familia en el cuadro que descansaba sobre mi escritorio, me detuve a verla durante unos segundos que parecieron eternos, mi hija, Luna estaba muy nena en ese entonces, tenía como cinco años, ella estaba sentada sobre las piernas de mi padre, ambos sonreían alegremente, después estábamos Bernie y yo, también teníamos una sonrisa en el rostro, pero no llegaba a nuestros ojos, como si fuese una sonrisa falsa.

Aparté la mirada con el ceño fruncido, sentía un leve punzón en el pecho pero lo ignoré rápidamente, dos golpes en la puerta me hicieron volver a la realidad, musité un adelante al instante, la puerta se abrió dejando ver a Joel con una mirada insegura y nerviosa, lo miré a los ojos haciéndole un ademán para que se sentase, dudó unos segundos pero terminó obedeciendo, en ningún momento me miró, más bien bajó la mirada.

—¿Me necesitaba, señora Benson?— preguntó tímido

—Lo que tengo que decirte es muy importante— contesté—. Joel, sé que sos un muchacho morigerado puesto que tu familia ha sido bienquisto desde toda la vida, pero aquí hay cosas que todavía no hemos aclarado muy bien que digamos.

Joel levantó la mirada un poco viéndose desconcertado.

—Disculpe, no logro entender.

—Cuando te pedí que impartieras clases de modales a mí hija fue por una sola razón, quería corregirla de una manera diferente, así que opté por contratarte a vos, un joven de buenas costumbres y con educación, me pareció que a Luna le gustaría tener otro tipo de compañía que no fuera la mía, pues yo tengo otras formalidades muy estrictas— respondí—. Cuando empezaste a trabajar para mí te dejé muy claro como serían las cosas, y me temo decir que no las seguiste al pie de la letra.

—¿A qué se refiere? ¿Hice algo mal?— preguntó Joel

—Todo, hiciste muy mal todo. Al contrario de lo que te pedí, no lograste corregir correctamente a Luna, creí que por ser un muchacho joven sabrías como manejar la situación con mi hija, sabiendo lo terca e insoportable que es, pero te dejaste pisotear por ella.

Joel balbuceó.

—Señora Benson, yo...

—Silencio, déjame terminar— exigí—. Te quedaste un buen tiempo de posada en mi propiedad, creí que en todo ese transcurso estabas controlando a mí hija, dándole sus clases, pero no hiciste nada. Y me molesta saber que hasta ahora me enteré de ello, has estado de vagabundo en mi mansión sin hacer nada y recibiendo pago.

—Con todo respeto, señora Benson. Usted misma me contrató en contra de mi voluntad, usted y mi madre hicieron el trato sin consultarme primero, así que no le permito que venga a exigirme cosas a mí.

—No seas cara dura, Joel. Vos aceptaste la condición de recibir pago, y así sucedió, en este caso vos me estarías robando al no trabajar y recibir crédito gratis.

—Porque Luna lo hacía todo tan complicado.

—Por eso te pedí ayuda, para que la controlaras, y que decepción saber que no sos lo suficientemente hombre para controlar a una chica.

Joel fruncio el ceño aún con la mirada baja, en ningún momento me había sostenido la mirada, las personas decían que yo poseía un semblante intimidante y amenazante, igual que mi padre, por eso más de alguna persona me había bajado la mirada en muchas ocasiones.

¡Hey tú, perdedor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora