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A la mañana siguiente, Raoul y Agoney bajan juntos en el ascensor. Raoul intenta esconder sus ganas de lanzarse a besar los labios de Agoney, que, a parte, va guapísimo. Se muerde el labio. Cuando llegan abajo, Aitana les está esperando y se lanza a darle un gran abrazo a Raoul. Agoney lo interpreta como que la chica ha detectado prensa cerca. Pero de pronto ella también se echa a sus brazos.

- Me alegra mucho que vengas conmigo, Ago. No participar en una sesión de fotos es algo aburrido, la verdad. Pero tú y yo seguro que lo pasamos en grande mientras Raoul trabaja.- le dice y enlaza su brazo con el de Agoney tirando de él hacia la puerta del hotel.

Agoney se gira hacia Raoul, inquisitivo, sin entender nada. Quiere respuestas. Raoul se encoge de hombros y sonríe, no entiende qué está tramando la chica del flequillo.

Se suben juntos a un taxi, Aitana va sentada entre los dos chicos y hasta que no le dan la dirección al chófer, no les habla.

- Han entrado seis periodistas de incógnico antes de que bajáseis, he tenido que improvisar una excusa de que vengas con nosotros.- dice Aitana.- ¿Por qué habéis tardado tanto?

Los dos chicos se miran, complices. Recordando la sesión de besos ardientes con final feliz de aquella mañana. Aitana pilla la mirada al vuelo.

- Bueno, mejor no quiero saberlo. Pero, si él va a venir más veces, no os podéis retrasar. Tenéis que llegar antes que la prensa, a la hora que os indico, ¿de acuerdo?- les dice ella muy seria, como regañando a sus dos hijos.

Ambos asienten y bajan la mirada y se mantienen el resto del camino en silencio escuchando el programa de radio que tenía puesto el taxista. Cuando llegan, el edificio parece un edificio de pisos normal, pero cuando se acercan al telefonillo, ya ven que el número del piso tiene al lado el nombre del estudio. Les abren de inmediato y ellos suben en el ascensor hasta la quinta planta. Llegan a la primera puerta, que está entreabierta y pasan. Dentro todo es un poco caótico, hay estilistas, maquilladores, diseñadores y becarios por todas partes. Agoney se siente un poco abrumado. Aitana lo nota y consigue rescatarlo, engachándose de nuevo al brazo del canario y dirigiéndole en medio de aquel caos. Raoul les sigue. Hasta que le para alguien cogiéndole del codo. Identifica al fotógrafo.

- ¡Raúl!- le dice y le da un fuerte abrazo.- ¿Qué haces aquí? Te hacía en Madrid.- le dice Raoul.

- He venido a fotografiar mi monumento favorito, o sea, tú.- le bromea.

Agoney oye la conversación y no le gusta nada que aquel fotógrafo esté intentando ligar con Raoul en su cara. Aunque frente a él, Agoney es solo el bailarín. Rectifica: en la cara de Aitana.

- Aitana... ¿el fotógrafo no está...?

La joven interrumpe al bailarín.

- Es una broma que tienen entre los dos.- le contesta ella.- Raúl, el fotógrafo, conoció a nuestro Raoul haciéndole fotos en los monumentos de Madrid, para promocionar el turismo allí. De ahí el chiste. Pero no tienes nada de qué preocuparte.- le tranquiliza.- Raúl-fotógrafo tiene novia y es muy simpática.

Agoney se siente avergonzado doblemente. Primero, por ser un celoso. Y segundo, por no saber siquiera la historia de Raúl-fotógrafo.

- Raoul.- llega una mujer.- Ven comigo, tienes que cambiarte.- le dice.- Tu ropa está por aquí.- le indica.

Luego, esa misma mujer visualiza a Aitana y Agoney y le indica a la pareja donde pueden sentarse, junto al catering, por si desean tomar un aparitivo mientras. Raoul sale de detrás del biombo vestido de forma muy roquera. Agoney no puede apartar los ojos de él. Raoul se mueve hasta la primera maquilladora que ve, que le sienta rápidamente y comienza a maquillarle. Raoul cierra lo ojos y se entrega a aquella chica. Agoney se acerca de nuevo a Aitana.

Limerencia |RagoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora