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Ya de vuelta en el hotel, en su habitación, Agoney se encontraba en el baño colocándose el pijama. Al salir se encuentra con Raoul mirando el techo de la habitación y llevando el ritmo con sus pies de un lado al otro. Agoney sonríe ante la estampa tam básica pero a la vez tierna.

- Ya estoy.- le dice y Raoul se incorpora para verle.

- ¿Te he dicho alguna vez que no me gusta tu pijama?- le dice Raoul y Agoney pone una mueca.

- No, ¿y eso?

- Es que me gustas más sin ese pijama... sin ropa en general.- le dice, y ambos se sonrojan.

Agoney se siente aliviado.

- Quítatelo.- le pide Raoul acercándose a él.

- Quítamelo.- le contesta Agoney cuando están tan cerca que sus narices se rozan.

Raoul sonríe, es lo que quería. Le quitan la camiseta antes de besarle y tirar de él hasta la cama, con la que choca de espadas pero consigue mantenerse de pie. Las manos de Raoul viajan acariciando el torso de Agoney y llegan hasta sus pantalones. Raoul se lo baja junto a su ropa interior, acariciando uno de sus gluteos desnudo mientras su otra mano viaja hasta el rostro de Agoney y lo acaricia. Agoney esta empezando a tener dificultades para respirar. Es Ago quien se separa a quitarse los pantalones y dejarlos a los pies de la cama antes de empujar a Raoul sobre la inmensa cama de la habitación de lujo. Raoul enrosca sus piernas al redesor del torso de Agoney y le mira, se siente muy afortunado. El canario le mira y sonríe pícaramente.

- Esto no me gusta. Estoy en inferioridad, tú aun tienes puesta tu camisera.- le dice.

- Bueno, pues habrá que arreglarlo.- dice Raoul justo antes de quitarse la camiseta.

No le da tiempo siquiera a quitársela del todo cuando el moreno aparece buscando los labios del rubio de forma desesperada. Raoul no duda en guiarle hasta sus labios. Están besándose y acariciándose un rato hasta que Agoney nota a Raoul notablemente excitado. Se le corta la respiración por un momento y se excita él también. Raoul le mira algo preocupado porque el canario haya perdido la respiración unos segundos.

Agoney asiente, indicándole que todo está bien, pero es que todavía le cuenta creerse que esté en esa situación con Raoul. Y tampoco está muy seguro si lo que va a hacer, pero lo intenta. Mueve su cadera de manera rítmica, haciendo jadear más fuerte a Raoul. Raoul se pega a él un poco más y me gime en el oído antes de seguir el ritmo de la cadera de Agoney. Al bailarín se le escapan los gemidos de los labios. Continúan en esa dinámica, creando fricción, besándose apasionadamente los labios, los cuellos, la piel. Raoul se siente que no puede más, acerca sus labios húmedos al oído de Agoney susurra.

- Tócame.

Aquella orden, remueve el interior de Agoney. Aunque más bien, no era una orden, sino una petición. Agoney hace caso y comienza a acariciar a Raoul que gime y jadea un poco fuerte, pero no piensa bajar su volumen. Raoul, sin pedir permiso, adentra su mano en la ropa interior de Agoney y hace lo propio. Agoney suspira antes de comenzar a jadear más rápido. Ambos gimen y se convierte en una sinfonía muy sexual.

- Me voy.- avisa Raoul.

- No, espérame, por favor.- pide Agoney que ralentiza su ritmo y con su otra mano le da más ritmo a la mano de Raoul.

El rubio mira am moreno entre la sorpresa y el éxtasis.

- De verdad, no aguanto más.- pide entre jadeos.

- Vamos los dos juntos.- le avisa Agoney con voz muy ronca. Eso era la gota que colma el vaso de Raoul y se deja ir.

La mano de Agoney y la ropa interior de Raoul se moja. Pero Agoney no ha acabado. Raoul sabe como arreglarlo. Gira muy rápido y se coloca encima sorprendiendo a Agoney. Baja su cabeza hasta sus partes íntimas y baja la ropa que las cubre. Agoney jadea fuertemente, y gime muy fuerte cuando Raoul le besa antes de ponerse a trabajar. En un primer instante, Agoney se siente algo avergonzado, pero luego se relaja y se deja hacer. Raoul para un instante.

Limerencia |RagoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora