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Agoney lleva a Raoul a comer a un bar acogedor y algo escondido.

- ¿Sabes? Una vez trabajé aquí.

- ¿En serio?

- Sí, pero duré dos días.- le comenta y Raoul estalla en carcajadas.

- ¿Tan malo eras?

Agoney puso una mueca.

- Rompí 4 platos...

- Bueno, era tu primer día...

- 4 en la primera media hora de servicio.

Irremediablemente, Raoul estalla en risas de nuevo.

- Esta comida la pago yo, no hay opciones, Ago.-le advierte antes siquiera de ver la carta.

Tras comer de buena manera y de que Raoul pagara, Agoney lleva a Raoul a través de senderos que a él le parecen imposibles de recordar, entre los árboles, perdidos de cualquier contacto humano. Bajan del coche de alquiler y bajan una gran pendiente hasta una playa escondida y desierta.

Raoul se acerca hacia la orilla corriendo como un chiquillo. Toca el agua, está bastante más fría que la del mar Mediterráneo pero aún así es agradable.

- Es mi sitio favorito aquí.

Raoul se gira, emocionado. Es su sitio favorito y lo está compartiendo con él.

- ¿Tienes sitios favoritos en otros lugares?- pregunta.

- Cualquier lugar donde estés tú.- le dice.

Raoul enrojece instantáneamente. Agoney sonríe automáticamente al ver su reacción.

- Y lo mejor de este sitio es que no pasa mucha gente por aquí, por lo que...- Agoney se acerca y tira de él hasta que los labios de ambos entran en contacto.

Raoul le besa con mariposas revoloteando en su estómago. Nunca se había sentido así antes, con nadie ni con el mismo Agoney. Ahora todo es más feliz, más brillante, más colorido, más agradable, más... maravilloso. Raoul le regresa el beso con más fuerza, más gana, más pasión y más fogosidad.

- Dios... ¿qué me pasa?- susurra Raoul.

- La gente está equivocada, París no es la ciudad del amor, Tenerife es la ciudad del amor.

- No sé donde leí que en Canarias es donde más se foll...

- ¡Raoul, por favor!- le riñe Agoney antes de que acabe.- Ya te has cargado el momento romántico.

Raoul sonríe pícaro. Saca su teléfono y le hace una fotografía.

- ¿Qué haces?

- Hacerte fotos.

- ¿Por qué?- le pregunta.

- No quiero olvidar este viaje. Así que lo documento.- continúa haciéndole fotos.

- Para, Raoul, déjame verlas.- le pide pero Raoul se aleja, y continúa.

En ese momento comienza una persecución por la playa. Raoul no para de correr, gritar y reír. Hasta que, respirando con dificultad es atrapado por Agoney. Raoul se intenta hacer una bola, para evitar que coja el teléfono. Y la gravedad les acaba tirando al suelo.

- Déjame verlas.

- Que no.

-Que seguro que samgo feo.

Raoul estalla en carcajadas.

- Búscate una excusa creíble, anda.- le dice intentando escapar de debajo de Agoney.

Limerencia |RagoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora