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Raoul entra en la habitación a toda prisa y se tira en la cama boca abajo tapándose su cara avergonzado.

- ¡RAOUL!- le llama Agoney entrando a prisa tras él.- ¿Quieres tranquilizarte?- le pide.

Samuel cierra la puerta de la habitación estallando en carcajadas.

- Pues mi padre es carpintero, pues mi padre es carpintero, pues mi padre es carpintero...- repite con sorna el de los rizos y vuelve a reír.

Agoney se gira y le mira enfadado.

- Ay, Dios, qué ridículo, Agoney. Tú padre va a pensar que soy gilipollas. Entre eso y la bromita de las sillas entre nosotros me va a odiar.

- ¿Puedes parar de decir eso?

- Es que lo va a pensar.

- No lo va a pensar porque le he explicado tu comportamiento.- le dice. Raoul se gira en la cama y mira a Agoney, que está de pie a los pies de la cama.

- ¿Qué le has dicho?

- Le he dicho... la verdad.

- Perdona, ¿que has hecho qué?- pregunta Samuel, al borde de un ataque de pánico.

- Le he dicho que estabas nervioso por conocerle porque...

- Por favor, no hagas pausas para el dramatismo si no quieres que acabe en el hospital.- le pide Sam.

- No es por dramatismo... es que decirlo en voz alta es...

- ¿Se lo has contado todo?- le pregunta Raoul.

Agoney asiente, cabizbajo. Samuel lleva su mano a su frente en un palmface.

- ¿Y que te ha dicho?

- Que entonces es normal que estuvieras nervioso. Que le has caído bien, que eres gracioso y que nos desea lo mejor.

- ¿Que nos desea lo mejor?- Raoul y Samuel están ambos igual de sorprendidos. Agoney asiente.

- Y dice que entiende que lo escondamos por nuestras carreras.

- ¿Y me perdona por decirle que ser carpintero es mejor que ser columnista?

- Sí.

- ¿Y por derramar encima de la mesa y de su ropa?

- Sí

- ¿Y por decirle que...?

- Raoul. Relájate, ¿de acuerdo?

- Ago, que le he tirado toda la salsa. Tu perra me ha mordido y ladrado, tu hermana ha acosado a mi primo y...

- Y has preguntado por mi madre.

- Ha sido un desastre. He sido un desastre. Entendería que quisieras darnos un tiempo o que estuvieras enfadado. Pero lo que no entiendo es que estés tan tranquilo.

- Raoul, yo... creo que ha ido bastante bien. No conoces a mi familia. Si no hubieras tirado la salsa tú, la habría tirado Thalía. Bambi también le ha ladrado mucho a Sam, porque sois, para ella, desconocidos. Yo también he estado jugando contigo cuando estábamos sentados, y ha sido ahí cuando mi padre se ha dado cuenta. No ha ido mal, te lo aseguro. Solo me siento mal porque Bambi te haya morido, déjame ver tu dedo, anda.

Es entonces cuando se percatan de que Samuel ya no está en la estancia. Ni siquiera se habían dado cuenta. Agoney coge la mano de Raoul entre las suyas y la examina. Solo tiene enrojecida la zona donde le ha mordido. Le da un beso donde la herida y le mira. Raoul está sonriendo por primera vez desde que salieron de casa de Agoney. Raoul, con un gesto le pide a Agoney que se tumbe con él. Agoney se tumba a su lado y cuando quiere darse cuenta tiene a Raoul abrazado a él. Agoney le pasa uno de sus brazos por detrás y empieza a acariciarle el pelo. Están así hasta que caen en un sueño profundo.

Limerencia |RagoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora