Capítulo 21

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—Quítate de encima mío— dije empujándolo

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—Quítate de encima mío— dije empujándolo. Sonrió—. ¿Qué es tan gracioso? ¿Ah?— estaba totalmente enojada—. Juro que si no me explicas te golpearé.

—Vamos, adelante, golpéame— volvió a sonreír.

—¿Por qué eres tan cínicamente estúpido?— le dije cruzando mis brazos.

—Porque tú eres una aniñada que me contagia su estupidez.

—Muérete.

—Y dale con eso. ¿Sabes? Si quieres, solo si quieres, puedes buscar palabras nuevas para decirme, solo si quieres— hágase notorio su sarcasmo ¿verdad?

—¿Por qué te ríes?— le grité.

—Porque te ves tan indefensa cuando te beso— me dijo. Ya me estaba sacando de mis casillas y se iba a comer un par de puñetazos.

—Basta, me tienes cansada— le grité—. Deja de meterte en mi vida, de molestarme, lo único que haces es que te odie cada día más, que cada vez que te vea tenga ganas de apuñalarte, haces que me repugnes. No entiendo porque me obligas a casarme contigo, porque me besas, porque me haces fingir que somos "una hermosa pareja" frente a tus padres. ¿Sabes qué? Creo que eres un despechado, que te han hecho sufrir y por eso me quieres hacer sufrir a mí. Anda, muy bien hecho Adrien, lo has logrado— las lágrimas comenzaron a desprenderse de mis ojos—. Haces que mi vida sea un infierno. Pero...

—Marinette, yo...— dijo mirando el suelo.

—Tú nada Adrien, tú vives para hacerme daño, pero está bien, parece que yo nací para sufrir, así que ya ¿Qué más da? Es lo mismo, siempre voy a sufrir. Haz lo que quieras— di media vuelta y entré en el baño. No cerré la puerta solo saqué papel del baño y me sople la nariz.

—Marinette— se apoyó sobre el marco de la puerta—. De verdad no quería hacerte llorar— dijo.

—¿Ahora me dirás que lo sientes?— bajé la tapa del inodoro y me senté ahí. Lo vi asentir—. Ni te gastes en mentirme de esa maneras— tiré el papel dentro del cesto de basura.

—No quiero hacerte sufrir, y menos hacerte infeliz.

—Ya lo lograste Adrien, no necesitas decirme esas tonterías para que por lo menos me vaya a la cama contigo— le dije. No lo estaba mirando.

—No quiero acostarme contigo— dijo. Volteé a verlo—. No ahora— agregó. Demasiada ilusión me había hecho.

—No quiero estar cerca de ti, me haces mal— dije dejando que un par de lágrimas inundaran mis ojos—. De verdad no entiendo cual es el propósito— dije. Se sentó en el suelo y me miró.

—Voy a contarte todo— me dijo. Se veía sincero pero no podía confiar en él.

—Adelante— lo invité a hablar.

La Bella y la Bestia [AU Adrinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora