Capítulo 32

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Pasamos la tarde con Nathaniel, Sophie y Melanie

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Pasamos la tarde con Nathaniel, Sophie y Melanie. Ellas eran de verdad un encanto. Mientras Adrien y Nathaniel decían bobadas, con las chicas decidimos que pasear por las tiendas de artesanos, era una buena idea. Melanie se llevó una cosa de cada uno de los puestos y Sophie compraba de vez en cuando regalos para su familia.
Adrien me había dado dinero por si me gustaba alguna que otra cosa, pero preferí no gastar mucho, pues dos días atrás él había gastado más de mil dólares en ropa para mi.

—Wow esto es tan genial— dijo Sophie mientras observaba una cadenita de oro—. ¿No creen que debería llevarla?

—Claro, si no la llevas tú, la llevo yo— sonrió. Me limité a reír un poco y luego centré mi vista en una hermosa pulsera.

—Tienes buen gusto— dijo Sophie mirando lo que mis ojos miraban.

—Wow, en verdad es muy linda— dijo Melanie.

—Para ti todo es lindo— le dijo Sophie. Las tres reímos.

—Yo creo que deberías comprarla— me recomendó la morocha. Hice una mueca.

—No lo sé— estaba insegura, no me gustaba abusar del dinero de Adrien. Si bien, no le falta ni un centavo, no puedo andar por la vida gastando cada dólar que Adrien pone sobre la palma de mi mano.

—¿Cuánto dinero tienes?— preguntó. Saqué los billetes de mi bolsillo y conté en mi mente.

—Más de noventa, seguro— me dijo Melanie.

—Vamos llévala— me incitó Sophie.

—No, no voy a llevarla.

—¿Por qué no?— preguntó Melanie haciendo pucheros.

—Porque no— sentencié—. Ya vámonos de aquí— dije mientras volvía por donde habíamos llegado. Sophie y Melanie pronto me alcanzaron y cada una se puso a un lado mío.

—Y... ¿Qué tal es Adrien en la cama?— preguntó Sophie. Detuve mi caminata en seco y ambas se giraron a verme—. ¿Qué? ¿Dije algo malo?

—No, no, es que, creo que tengo algo en la zapatilla— hice una mueca de dolor—. Adelántense si quieren— agregué.

—¿Irnos y dejarte aquí? No nena— fue hasta donde mi—. ¿Qué tienes allí?

—No, nada, ya se me pasó el dolor— dije haciendo que Melanie se sobresaltara. Caminé hasta ponerme a la altura de Sophie, Melanie se puso a mi lado. Seguimos caminando.

—Entonces... ¿vas a contarnos que tal es?

—¿Para qué quieres saber?— dije divertida. Ciertamente no sabía que decir.

—Para saber, porque con mis amigas siempre hablamos sobre como son nuestros chicos en la cama.

—Ahh...— dije suspirando—. Bueno, él es increíble.

La Bella y la Bestia [AU Adrinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora