Capítulo 41

309 17 3
                                    

En menos de dos horas, ya estábamos bajando las maletas en Paris

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En menos de dos horas, ya estábamos bajando las maletas en Paris. Adrien, no quiso ayudarme, por lo que, me dediqué a odiarlo por un rato.

—Vamos, camina— dijo llevando su maleta con facilidad.

—Adrien, no es justo— dije enojada. Rió.

—Para mi tampoco es justo, Marinette— dio media vuelta y me miró—. Ahí tienes la venganza, y créeme, he sido bastante bueno al hacer esto y no lo otro.

—Claro, como si yo fuera a creerte que esta noche no intentarás violarme— dije causando su tonta risa.

—Esa es la segunda parte, Marinette— sonrió. Revoleé los ojos y centré mi mirada en la pesada maleta y me rendí ante ella.

—Voy a dejar una aquí. No puedo llevarla— me quejé y tiré una al suelo del aeropuerto.

—Okey, déjala. Ya sabes que yo no voy a comprar más ropa de la que ya tienes— comenzó a caminar de nuevo.

¿Era en serio? Adrien me estaba dejando con dos maletas gigantes, sola y en el aeropuerto. No le importaba que no pudiera con mis maletas y menos que dejara una tirada. Su venganza, eso si era venganza. Aunque algo en mi me decía que esa segunda parte no iba a ser demasiado agradable para mi.

—Imbécil— murmuré y tiré la maleta al suelo.

—¡Oye! No te he dicho nada— dijo un chico que pasaba por allí.

—No, no, disculpa no te he dicho a ti— dije moviendo las manos con nerviosismo. Rió.

—Lo sé— sonrió—. Vengo viéndote desde hace unos minutos y necesitaba una excusa para hablarte— dijo y metió sus manos a los bolsillos de sus vaqueros desgastados.

—Oh— sonreí.

—¿Necesitas ayuda con esto?— preguntó. Alcé los hombros—. Deben de pesar mucho— dijo y rió.

—Si, bastante— dije y abrí los ojos con exageración—. Debo recordar que cuando me vaya de aquí tengo que dejar ropa— reí.

—Ah, ¿no eres de aquí?— dijo. Negué con la cabeza—. ¿De dónde eres?

—Nueva York— dije y sonreí.

—Ese acento me sonaba de por allí— dijo.

—¿Tú eres de aquí?

—No, pero hace dos años estudio aquí y bueno, estoy más que acostumbrado a este acento.

—Es un Inglés confuso— dije y sonreí. Parecía una azabache sin cerebro.

—Si. Pero me parece más confuso el tuyo— sonrío—. Disculpa, no me he presentado, soy Chase.

—Lindo nombre— dije y estiré mi mano—. Marinette Dupain Cheng— sonreí. Tomó mi mano y depositó un beso en ella. Reí tímidamente.

La Bella y la Bestia [AU Adrinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora