Capítulo 25

376 21 2
                                    

—¿Para qué quieres hablar de eso?— pregunté indiferentemente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Para qué quieres hablar de eso?— pregunté indiferentemente. "Que no se te note Marinette, que no se te note".

—Para organizar las cosas. ¿Qué pretendes que yo elija tu vestido?— arqueó una ceja. Alcé los hombros en gesto de desinterés—. Bueno, pero luego no te quejes— dijo excusándose.

—La verdad me daría igual, ya que este casamiento no es por voluntad propia. ¿Me explico?— dije. Tomó de su vino.

—No tienes por qué— respondió. Observó un rato hacía las demás mesas—. ¿Ves ahí?— me señalo una pareja de ancianos que cenaba amenamente. Volteé a verlos y luego miré a Adrien—. Valía mirar con disimulación.

—Tú los señalaste y no fuiste muy disimulado que digamos— dije molesta—. ¿Qué tienen ellos?

—Obsérvalos— me dijo. Los miré una vez más—. ¿Cuántos años tendrán de casados? ¿cincuenta? ¿sesenta?

—¿Y qué sé yo Adrien?— dije sin entender—. ¿A qué quieres llegar mirando a esos dos?— pregunté. Negó con la cabeza.

—Ya déjalo— dijo—. Por un momento aparta nuestras diferencias y finjamos que nos amamos, que vamos a tener la mejor boda de Nueva York. ¿Acaso de pequeña nunca planeaste tu boda soñada?— preguntó.

—A veces me parece que eres gay— dije casi echando una carcajada. No le hizo ni un poco de gracia—. No tienes humor.

—No, no es que no lo tenga. ¿A ti te gustaría que te diga lesbiana?

—¿Y qué tiene de malo? Existe gente que lo es— dije. Me miró abriendo bien los ojos.

—Dime que tú no lo eres.

—Ay, Adrien— tenía ganas de tirarle un pedazo de pollo—. Yo no soy el caso.

—Pensé que lo eras, casi que te dejo aquí y salgo por esa puerta antes de que alguien pudiera verme contigo— dijo. Algo se cruzo por mi mente.

—Digamos que he besado chicas y de más pero...

—Dime que es solo una broma— dijo apoyando la copa con fuerza.

—No. ¿Por qué bromearía contigo?— le dije alzando una ceja.

—Lo dices solo porque yo dije que si fueras lesbiana me hubiera ido, si por eso lo dices— pareció más que se quería convencer, que una afirmación.

—Piensa lo que quieras.

—Hey, ya no juegues.

—Okey, okey— dije terminando mi comida, acción que Adrien ya había realizado—. Dime... ¿no podemos contratar a alguien que planee la boda en vez de hacerlo nosotros?

—Serian más gastos en la fiesta.

—Ah si, porque de seguro ahora eres un pobretón. Vamos Adrien no seas tacaño— dije enfadada. Una mujer volteó a verme—. Gente chusma— refunfuñé. Adrien dio rienda suelta a una carcajada.

La Bella y la Bestia [AU Adrinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora