Capítulo 42

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Sin saber por qué, levanté la mirada para encontrarme con sus dulces ojos verdes

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Sin saber por qué, levanté la mirada para encontrarme con sus dulces ojos verdes. Me sonrió de costado, acto seguido, me estrechó más entre sus brazos.

—No quise incomodarte— se disculpó.

—No lo has hecho— dije tragando saliva—. ¿Adrien?

—¿Si?— preguntó acariciando mi cabello.

—¿Tú me quieres?— pregunté. Luego me arrepentí—. No, no respondas a eso— dije—. ¿Algún día podremos ser una pareja normal? No, no, tampoco respondas a eso— pensé antes de preguntar. Adrien rió—. ¿Crees que alguna vez puedas verme como algo más que a una niña?— pregunté. Creí estar segura de lo que acababa de preguntar pero luego me arrepentí—. No respondas.

—¿Por qué tan insegura?— preguntó y rió.

—Soy así— alcé los hombros y me acomodé en sus brazos.

—Si te quiero— me sonrió—. Y creo que capaz, algún día, podremos ser una pareja normal. No te veo como a una niña— respondió una por una—. Piensas demasiado— añadió—. Creo que te dejo demasiado sola como para que te hagas esas preguntas— dijo y negando con la cabeza apoyó su frente sobre la mía—. ¿Tú me quieres?

—S...Si— titubeé. Me sonrió y dio un corto beso en mis labios—. Más que tú a mí— añadí.

—¿Qué sabes tú cuánto te quiero yo a ti?— dijo y me guiñó un ojo. Reí—. Es mejor cuando ríes, no cuando lloras— dijo.

—Gracias.

—¿Por qué?— preguntó alzando una ceja.

—Por todo— dije e hice una mueca—. Por mantenerme, por cuidarme, por estar conmigo, por mucho, Adrien.

—Gracias a ti— dijo.

—¿A mi? Lo único que hago en tu vida es fastidiar.

—Te desvaloras mucho, Marinette— dijo—. Antes de que tú llegarás a casa, lo único que hacía era dar órdenes y trabajar todo el día.

—¿Enserio?— pregunté.

—Enserio.

—¿Sabes? Cuando llegué a tu casa, pensé que luego de un año iba a poder liberarme. Ya sabes, al ser mayor, pensé que me dejarían irme donde yo quisiera.

—Estás loca— dijo y rió—. ¿Ya estás mejor?— preguntó y besó mi mejilla.

—Claro— sonreí.

—Genial— sonrió—. Sabes que cuando necesites hablar, cuentas conmigo— dijo. Sonreí ante sus palabras.

—Creo que después de todo, no nos llevamos tan mal como al principio, ¿Qué dices?

—Tienes razón— admitió mientras miraba mis labios—. Puede que algún día nos llevemos mejor que esto y todas las peleas acaben— sonrió—. De todas maneras...—volvió su vista mis ojos—. Me gusta que por lo menos, por un día, tengamos un momento así como este— dijo y su sonrisa se hizo más amplia—. Eres la persona más cercana que tengo.

La Bella y la Bestia [AU Adrinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora