Nos encontrábamos paseando por el centro de la cuidad, tomados de la mano, como una pareja. Adrien buscaba con la mirada un lugar donde tomar la media tarde. Acompañados por un sol que se iba escondiendo poco a poco, Adrien tarareaba una canción alegremente. Caminábamos paseando por la ciudad, viendo locales de hermosa ropa, observando a los animados franceses bailar en las esquinas.
—¿Aquí?— preguntó y señaló un bello café de puertas de cristal.
—Si, como quieras— respondí por lo bajo observando como dos niñas se peleaban por una muñeca de porcelana—. Si, entremos— dije luego. Adrien alzó los hombros y juntos entramos al lugar.
Era un pequeño café pero muy pintoresco. Poseía mesas de madera con pequeños detalles en las patas y alrededor de estas. La gente estaba sentada hablando sonriente y bebiendo café. Adrien se acercó a una mesa para dos y movió la silla para que yo me sentara. Le sonreí e hice caso a su caballerosidad. Rodeó la mesa y se sentó en frente mío.
—Bienvenidos— dijo un mozo de baja estatura mientras colocaba los menús sobre la mesa—. Cuando ya estén listos para pedir, pueden llamarme— dijo y sonrió sutilmente para luego darse la media vuelta y alejarse de nosotros.
—Yo quiero un capuccino— dije y dejé el menú sobre la mesa. Adrien torció la boca mientras pensaba.
—Yo quiero lo mismo— dijo y sonrió. Alzó la mano y pronto el hombre estaba al lado nuestro—. Dos capuccinos.
—Enseguida se los traigo— dijo y sonrió mientras se retiraba.
Adrien se distrajo viendo un partido de fútbol que pasaban por la televisión del lugar. Me dediqué a observar el lugar donde estábamos. Era típico de Francia, lo que a mi más me gustaba.
—¡No!— exclamó enojado—. No sé como hacen para perderse ese gol— golpeó la mesa.
—No entiendo por qué se ponen así.
—¿Quiénes?— preguntó sin dedicarme su mirada.
—Los hombres, son todos así cuando ven partidos de fútbol.
—No lo creo, Marinette— dijo y negó con la cabeza—. ¿Has visto eso? No sabe siquiera atajar la pelota, hasta yo lo haría mejor— dijo y se cruzó de brazos. Reí—. No me hace gracia, cariño.
—A mi si— espeté pensando en la expresión que él acababa de utilizar—. ¿Cariño?— pregunté alzando una ceja.
—¿Qué? ¿Qué tiene?— hizo una mueca y se rascó la nuca.
—No lo sé, nunca me has dicho así, solo cuando pretendes llevarme a la cama— dije. Rió.
—Bueno, si no quieres no te lo digo— alzó los hombros. Abrí la boca para hablar pero él continuó—. Hablando de eso, ¿cómo la has pasado anoche?— preguntó. Sentí como se acumulaba la sangre en mis mejillas.
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La Bella y la Bestia [AU Adrinette]
FanfictionQue feo es cuando la persona que más amas es la persona más fría del mundo. Que feo es que le intentes demostrar tu amor y te saque a patadas de su vida. Que feo es que tú seas la pobre indefensa presa de sus castigos y malas costumbres. Vivir con...