La Bella y la Bestia [AU Adrinette]

Capítulo 55

—No va a salir corriendo de momento a otro, tómale las manos— dije desde el otro lado de la habitación.

—Me da miedo que se caiga, pero quiero que camine— se quejó frunciendo el ceño.

—Vamos, Adrien, hazlo caminar.

—Bueno, bueno, pero despacio.

Tomó las dos pequeñas manos y lo tiró hacia arriba para ponerlo de pie. El niño rió dulcemente y dio dos pequeños pasos. Adrien sonrió.

—Vamos con mamá, Louis.

Reí al verlo con tal cara de pánico. Llevábamos dos semanas intentando que el pequeño caminara por lo menos cinco metros y Adrien quería lograrlo hoy, dos días antes del primer cumpleaños de Louis.

—Solo dos pasos más, campeón— lo alentó.

Louis tropezó con su propio piecito y cayó entre mis brazos. Adrien rió al verlo asustado mientras tironeaba mis cabellos. Me puse de pie con el niño en brazos y besé su mejilla efusivamente.

—Ya va siendo hora de que camines, Louis— le dijo Adrien detrás de mí—. Tus tíos caminaron antes de su primer año.

Louis se cubrió la cara con ambas manos y luego rió entre el hueco que formaban sus suaves y pequeñas manitas. Era un pequeño simpático y el calco de su padre.

—¿Qué es lo gracioso?— preguntó Adrien y el niño se quitó las manos de la cara—. Yo sé que me entiendes, pequeño diablillo— le dijo con una fina voz.

Reí y vi como Louis le tendía los brazos a su padre para que lo tomara. Adrien hizo caso a los pedidos de su hijo y lo tomó en brazos.

—Es que me quieres tanto que no soportas estar sin mí— lo abrazó.

—Ni te creas, Adrien— reí y besé su mejilla—. Vamos a llevarlo a su cuna.

—Puede dormir con nosotros, Marinette— dijo mientras salíamos de la sala de juegos.

—Adrien, ya te he dicho que no es bueno.

—Pero es que él me ha pedido eso, ¿no que si, Louis?— tocó su pancita y el niño largó una risotada.

—¿Él te lo ha pedido?— pregunté en una risa mientras caminaba de espalda por el pasillo—. ¿Cómo te lo ha dicho?

—Dijo, muy simple; Louis querer dormir con papi.

Reí ante las palabras de Adrien y entré en la habitación de Louis.

—Resulta que ahora el niño habla como cavernícola.

—Es que ya sabes, así hablan los niños pequeños.

—Ni siquiera dice "Mamá" y "Papá", pero pide dormir contigo— dije riendo.