UN DIA DE MI VIDA

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Me llamo t/n y aveces pienso que mi vida es muy tranquila a comparación de las demás personas en esta ciudad.
No soy la clase de chica que sale con chicos a menudo y que puede resistir días tras días con tacones y vestidos muy provocativos, sino que más bien me considero como una de las pocas que se conforman con salir una o dos veces al mes, que prefiere mantener su cabeza distraída en la universidad preparando ensayos o simplemente leyendo algún capítulo de mi libro de leyes y así no comenzar mis clases sin al menos conocer antes de que tratará ésta...
En otras palabras, soy la clase de chica que todo padre desea y que está convencido, al menos consigo mismo el  sentir que su niña jamás crecerá...
Bendita imaginación.

Hoy es 24 de agosto, son las 7:15a.m.
Ya estoy despierta tomando mi café con crema en la barra de la cocina mientras miro por mi Samsung las noticias del "New York Times".
¿Aburrida? Pss... ¿Cómo no?

Aunque estamos en Londres con mi padre desde hace quince años cuando Elena nos dejó y yo tenía tan solo tres años de edad me eh acostumbrado a vivir así sin una "madre"... Desde entonces me gusta estar informada de lo que sucede en aquel continente. Creo que tras su abandono, mi padre ha sufrido mucho más de lo que él demuestra, y si bien no la recuerdo, él me recuerda cómo es ella diciéndome mi parecido con aquella exótica mujer que lo cautivo perdidamente...
Creo que por esa razón ninguno de sus dos matrimonios posteriores a Elena fueron muy funcionales ya que no duraron más de tres años cada uno.
Hay el amor...

Igualmente eso no es todo, en casa soy la niñera de mis hermanastros Jake y Marian, los gemelos de 6 años, que son tan adorables como insoportables cuando no se los consiente; también soy la sirvienta de Samanta, la nueva esposa del señor Maxwell, que pasa la mayoría del día en su oficina encerrada frente a su iPhone hasta cuando ya no tiene más batería para luego usar su computadora, hasta que llega Max de su estudio para evitar darme la razón sobre su abandono, pues como eh decidido definir a su actitud, para con sus hijos.
Sé que en el fondo mi padre me da la razón de todas maneras, ambos somos inseparables y nos entendemos rápidamente sin ninguna palabra...

Nos sentamos a comer en nuestra amplia mesa de vidrio con detalles platinados en los bordes en el amplio comedor con sonrisas, fingiendo ser la clásica familia unida; comenzando por Samanta quien busca un tema de conversación que resulta tan inútil como  ella tratando de recordar los nombres de los gemelos.
Ejemplo de madre.

Pero no somos esa clase de familia feliz, ahora en su lugar solo hay silencio absoluto, cada quien con su plato servido y su copa llena del más refinado vino.
Todo es silencio hasta que alguno de los gemelos empiece con algún berrinche ya sea porque odian las verduras o porque desean más soda de las que son capaces de tomar, y en ese momento es cuando aparece la dulce Samanta, quien empieza a gritar como demente tratando de reprender a sus hijos que ni se toman el trabajo de prestarle atención...

Y ahí estamos nosotros dos, Max y yo, tan indiferentes como dos extraterrestres que se preguntan cuándo sería el momento más oportuno para huir a nuestro planeta ideal mientras observamos el show del día a día.

Terminada la hora del almuerzo feliz y apacible levanto la mesa junto con mi padre a quien le preparo un café doble mientras el resto de la casa continúa con su vida cotidiana: Samanta a su oficina a chequear sus redes sociales y los gemelos a ver películas en Netflix.
Luego de esto me alisto para ir a la universidad, no sin antes comer los chocolates que Max compra diariamente para mí ,a la vez que saco mi auto... Exquisitos bocados que deshacen en mi paladar.
Realmente no sé porque insistió en que usara su regalo de cumpleaños para todo lo que hago, aunque esto implique ir a comprar a la esquina y ni siquiera sé porque eligió un auto tan lujoso, yo prefería uno más común y menos sofisticado, que se adaptara a mí, pero él insiste en que tengo que vivir como el resto de nuestra "familia" aprovechando nuestro dinero... Bla bla bla.

Camino a Universidad de Cambridge hago una parada en Squire Law, la biblioteca, para reservar un libro de "Romeo and Juliet" que adoro leer en los recesos entre clase de D.I. Privado y D.I. Público.

El edificio es alto e imponente en forma de "D" si se lo mira desde el cielo. Con ventanales de vidrio que se presentan a la vista desde el exterior como si fuesen espejos, que reflejan el enorme pastizal con árboles que brindan la frescura de su sombra a estudiantes que prefieren aire libre y natural para sus lecturas, en vez de permanecer dentro del acondicionado edificio al atravesar su gran puerta giratoria de vidrio con detalles plateados. 
Dentro de Squire Law, puede divisarse un paisaje deslumbrante, donde el claro del cielo se mezcla con el verde del césped tras la universidad.
Hermoso e imponente.

Además, éste presenta un diseño moderno y a su vez conservador con sus amplios mesones de madera de roble brillante que hacen juego con las sillas en el sector de lectura y en su recibidor, posee una gran cartelera donde se informa a los interesados las cátedras que se brindarán por profesores y especialistas en las distintas áreas. También, posee varios pisos que desde la sala de lectura se pueden ver claramente, unidos por escaleras blancas con barandales de vidrio y detalles color plata en los bordes de los escalones, peligrosos si no se pisan con cuidados debido a tan bien lustrados que son todos los días por la empresa encargada de su limpieza.
Para alguien como yo, este santuario es mi refugio.
En el segundo piso se encuentran las computadoras, las hay de las más nuevas a las más antiguas máquinas de escribir que han podido ser inventadas por el hombre; en el tercer y cuarto piso se encuentra gran parte de la biografía de los autores de cada uno de los libros que se pueden encontrar en la biblioteca y en los pisos restantes se aprecia una colección de libros de tal magnitud que lo que una persona pueda necesitar aquí, seguro lo hallaría.
¿Un sueño verdad?

Caminando hacia la salida del edificio por suerte recuerdo sacar fotocopia a mi resúmen del capítulo de "Organismos Internacionales" a Sammie que no pudo hacerlo ya que salió con John la noche anterior, así que me dirijo a la señora de recepción y le pido una copia a mis hojas gentilmente, la cual accede de manera muy alarmada ya que la tomé por sorpresa mientras colgaba el teléfono.
Una vez con la copia en la mano recibo un mensaje de Sammie recordándome que ya es tarde y que el Sr. Baxter pronto llegaría y cerraría las puertas del aula.

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