CLANDESTINO

242 18 1
                                    

No sé por qué estoy haciendo esto... Ni siquiera me importa t/n pero algo en mí me obliga a acercarme a ella...
Cómo sea... Sería un escándalo si a la aplicada y alumna perfecta de la universidad se le rompiera incluso una maldita uña...

Que fastidio.

De todas formas yo tengo mis problemas de los que preocuparme. La loca de la otra noche en el Club no deja de llamarme y ni sé cómo consiguió mí número, creo que no entendió cuando le dije que no me molestara. Tengo que deshacerme de ella antes de que siga colmando mí paciencia.

Llamo a RM.

Un tono...

Dos tonos...

Tres tonos...

Vamos hombre contesta de una maldita vez...

Cuatro tonos...

Bienvenido al buzón de voz...

Maldición.

Corté el teléfono y le marqué a Jin.

- ¿Suga...?
- No el rey de Roma... ¿Pues quién más voy a ser?
- ...Es raro que llames... ¿En qué puedo servirte?
- ¿RM está contigo? (Sobando mis ojos)
- Si... Aquí está... ¿Qué sucedió?
- Tenemos un trabajo... (Sonreí por lo bajo con malicia)
- ¿Ah sí? Dime... ¿Quién es el contratista y a quién hay que desaparecer...?
- Quien contrata soy yo... Y en cuanto al alma en pena es un alma que debió hacer caso a mis advertencias.
- Valla... De seguro ese desgraciado te está jodiendo bastante.
- Esa Jin... Es "esa" desgraciada... Y me jode lo suficiente como para desear que desaparezca de una buena vez...
- ...
- ¿Jin?
- Pensé que habías dejado esas actividades Suga... Luego de lo que pasó pensé ...
- Pues pensaste mal Jin... Yo jamás voy a cambiar lo que soy.
- ...Está bien (resignado) dinos cuándo y dónde.
- Bien... Quiero un trabajo limpio... Será de esta manera...

Luego de explicarle todo el procedimiento a Jin para que organizara a los demás decidí ir a ganar algo de dinero fácil.

¿Y que mejor manera de ganar dinero fácil?

... Carreras clandestinas.

Salí de la casa directo a mí auto. No iba a llevar mi moto para correr ya que las de auto tienen apuestas más altas y por lo tanto mayor es la recompensa... Y quién sabe... Tal vez esta noche tendría compañía...

La gente se amontonaba por grupos. La música era fuerte; las mujeres vestían no más de tres prendas en todo el cuerpo que no dejaban casi nada a la imaginación, con zapatos que ni ellas podían manejar del todo; los hombres alardeaban de sus autos, de su dinero y de su supuesta fama, parecían competir entre sí por ver a cuántas mujeres más podían atraer para llevárselas a la cama.

Patéticos.

Bájé del auto y al abrir la puerta ya pude notar a varias mujeres acercarse a mí, todas y cada una dispuesta a todo sin una pizca de pudor. Todas aburridas... Pero tampoco hay que olvidar la caballerosidad.
Tomé a dos chicas de la cintura que me parecieron sexys y las conduje hasta la trompa de mí auto apoyándonos en el mientras esperábamos el inicio de las carreras.

- Oppa ¿Vas a correr hoy? (Apoyando sus pechos en mí)
- Necesito dinero rápido y una distracción Sheila querida.
- Soy Daisy... (Dijo la pelirroja algo molesta)
- No me interesa.

Las dejé solas y me monté en mí auto, pues las carreras estaban comenzando.

- Bueno caballeros ya saben las reglas... Vale todo y nada también. El premio es de 100.000 dólares esta noche asique quiero una carrera que valga la pena... Ahora ¡a sus autos!

Sin decir nada cada uno se dirigió a su automóvil y se dirigió al lugar de salida. Miré hacia mis costados, cinco autos esperábamos la señal, todos ansiosos por el momento en que pisáramos el acelerador a fondo, todos con una meta... Ganar.

La ví acercarse hacia nuestros autos, con dos banderines color flúor en sus manos. Se posicionó en el medio, levantó sus brazos y dió la señal.

Sentí mí sangre junto con mí adrenalina correr por mí cuerpo gracias a los bombeos de mi corazón.

Pisé el pedal y el auto reaccionó a mí accionar. Los cinco vamos parejos al principio.
Pasan unos metros... Voy segundo, por mí retrovisor veo como pelean dos autos por el tercer puesto, un auto lanza su trompa hacia el otro, el estallido que se produce al momento de golpear un coche con otro provoca daños en sus luces y algunas abolladuras en la chapería. Un auto desacelera, el otro toma la ventaja y el primero aprovecha el momento para golpear la cola del segundo haciendo que éste pierda el control y empiece a derrapar para luego volcar y dar varios tumbos hasta ser detenidos por una viga de un puente.

Auch.

Sigo concentrado. Tengo que ganar.

Trato de acercarme más al primero para poder rebasarlo por la derecha. Mí adversario se da cuenta y me tapa el pase. Intento por el otro lado y espero la oportunidad para acelerar a fondo.

Acelero...

Vamos trompa con trompa. Cualquiera puede ganar, pero no voy a dejar que el destino decida por mí...

Vamos Suga...

Rozamos la carrocería y ésta larga chispas.

Maldición.

Me distraje un segundo. Recibo un golpe desde la parte trasera y una de mí derecha que me empujan hacia el barandal de la calle. Pierdo el control y mí auto empieza a descontrolarse rápidamente.
Veo la curva frente a mí y un paredón que la delimita, me doy cuenta que si salgo de esta situación estoy jodido y muy... Jodido.
Nos acercamos rápidamente y aún no logro cambiar mí situación.

¡Carajo!

Cierto los ojos y me preparo para el impacto.

GIVE Me A MOMENT Donde viven las historias. Descúbrelo ahora