LA LUZ SE ENCENDIÓ

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Narra Suga...

- Suga. Necesito descansar... No me siento bien...
- T/n... (Le dije al notar que sus ojos se enrojecían mientras trataba de ocultar las lágrimas)
- Suga yo... N-no sé cómo podré superar esto... (T/n largó el llanto mientras caía arrodillada al suelo tapando su rostro para ocultar su llanto) M-mi papá... Mí papá ya no está...

Me acerqué rápidamente a t/n sentándome a su lado para poder consolarla acariciando su espalda dulcemente.

Creo que lo arruiné...

T/n lloraba más y más su llanto podía oírse en toda la casa por lo que agradecía que estuviéramos solos. Los chicos junto con Dalia estaban haciendo los preparativos para el padre de t/n,no querían que ella se estresara en éste momento tan delicado.

- Tranquila... Yo voy a cuidarte... No seré como Max pero haré lo mejor que pueda siendo yo...
- N-no me abandones...
- No lo haré jamás...
- ¿Me lo prometes?
- ...Te lo prometo...( Dije mientras besaba su frente y secaba sus lágrimas) Ahora vamos a descansar...

T/n como un perrito obediente se quitó sus zapatillas y se metió entre las cobijas de su cama mientras yo me ponía de pie para retirarme a mí cuarto.

- Duerme conmigo por favor...

Solo sonreí ante su propuesta y me acosté a su lado.

...

Narra t/n...

Desperté en los brazos de Suga rogando que todo haya sido una pesadilla pero al sentir mis ojos húmedos me di cuenta de que todo había sido real. Max, mí padre, estaba muerto. Lo había visto morir, vi como ese hombre le disparó en un segundo como si fuéramos más común del mundo y vi cómo la bala atravesaba a mí padre.
Las lágrimas no tardaron en llegar a las sábanas cuando caían de mí rostro.

- Ya... No llores... Te ves fea.
- Vete al demonio.
- Pequeña... Yo soy el demonio.
- Ajá.
- Solo que tengo una debilidad...
- Como digas.
- ...

Me levanté de la cama para dirigirme al baño a asearme y cambiarme para el funeral de mí padre.

Los funerales en nuestra familia siempre fueron elegantes asique está vez no sería la excepción

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Los funerales en nuestra familia siempre fueron elegantes asique está vez no sería la excepción. Cuando salí del baño Suga ya estaba listo esperándome en el comienzo de las escaleras.

- Al fin terminas

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- Al fin terminas... Pensé que me convertiría en un abuelo esperando.
- Vamos abuelo.

Ambos nos encaminamos hasta el lugar que los chicos habían preparado para la despedida.
Samanta y los niños vinieron pero en cuanto me vieron se fueron inmediatamente. Por lo que escuché Samanta le dijo a todo el mundo que yo andaba en malos pasos y que por eso mí padre pagó el precio.

Y ciertamente así lo sentí. Sentí que todo era mí culpa, ellos me querían a mí. Tal vez si hubiese ido Max estaría bien ahora...

- No es cierto... (Dijo Jin a mis espaldas)
- ¿Qué de qué hablas?
- Sé lo que piensas... No es tu culpa.... Esto se ya iba a pasar y nadie podía detenerlo.
- ¡¿Cómo puedes saber eso Jin? Si no fuera por mí él estaría vivo!
- T/n no lo entiendes aún...
- ¡¿Entender qué? Maldición mí padre está muerto Jin! (Dije llamando la atención de las personas a mí alrededor a la vez que comenzaba a llorar)
- Discúlpame t/n no era mí intensión lastimarte más aún...
- ...

Sé que no era su intensión y creo que yo me pasé con él. No debí haberle hablado así. Lo siento Jin... Perdóname...

Estuve sentada bajo una gran árbol hasta que la ceremonia terminó. Temía ir a despedirme de Max, no sabía cómo actuar y temía perder la razón.

- T/n sabes... En la casa hay un dormitorio preparado para ti...
- Gracias Dalia pero ésta es mí casa.
- ¿Segura quieres estar aquí?
- Si... Es mí hogar y es donde viví con mí padre... Voy a quedarme aquí.
- Vendré a visitarte entonces... ¿Suga se quedará contigo?
- No... Le dije que quiero mí tiempo y mí espacio. Quiero estar sola por un tiempo hasta organizar mis ideas.
- De acuerdo pero no me olvides.
- No lo haré. Te llamaré todos los días ¿De acuerdo?
- Bien eso espero... Ya nos vamos entonces. Recuerda que siempre estaremos contigo solo llámanos y vendremos en segundos.
- Gracias amiga.

Dalia y yo nos despedimos con un fuerte abrazo hasta que la bocina de la camioneta nos separó. Los chicos ya se iban...

...

Estoy sola, la casa se siente extraña sin los ruidos de los niños ni los gritos de Samanta. Extraño el sonido de la voz de mí padre opinando sobre un partido o sobre la economía del país... Ahora tenía que hacerme cargo de los negocios de mí padre y administrar sus bienes...

¿Y si no soy tan buena como él?

Entré a mí antiguo cuarto, mis libros de Derecho... Los extrañaba, extrañaba la universidad...

Más temprano recibí una llamada del banco diciendo que el departamento en donde estaba viviendo anteriormente había sido comprado por Max antes de morir y lo había dejado junto con otros bienes como ésta casa a mí nombre y su auto junto con $500.000 dólares a Samanta.

Creo que su relación no iba tan bien por lo que se ve... Me asombra cómo...

¡¿Qué fue eso?!

La luz del patio se encendió derrepente. La luz del patio enciende por un sensor de movimiento grande, es decir, que no se activaría si fuese un pájaro o incluso un gato, pero si fuese una persona se activaría.
Asustada miró a través del vidrio pero no alcanzo a divisar de nuevo hasta que la luz vuelve a apagarse...

Un café. Necesito café...

Vuelvo hasta la cocina para servirme un café caliente y sentarme en El living a seguir leyendo los papeles de Max para entender un poco mejor sus negocios.

Luz encendida...

¡¿Qué demonios?!

Miro desde el sillón hacia el ventanal sin lograr ver nada. La luz se apaga de nuevo al terminar de notar el movimiento.

Prendo las luces de toda la casa.

¿Y si es ese fantasma que murió pero no sabe cómo llegó a eso y su amiga lo intenta ayudar? ¡¿Y si es un fantasma como el protagonista?!

- No no no y no t/n... Eso es simplemente una historia debes dejar de leer esas historias...

Llamo a Dalia para hablar con ella unos minutos.

- Hola t/n pensé que no me llamarías.
- Te dije que te llamaría...
- ¿Qué sucede te escucho rara?
- ¿Qué? Ah no nada... Todo bien...

La luz se enciende de nuevo y yo me encuentro frente al vidrio que da al patio. Un hombre. Un hombre vestido de negro con el rostro tapado aparece en el medio de mí patio. Retrocedo rápidamente hacia atrás apoyándome en el desayunador de la cocina. Un frío escalofrío sube por mí espina y mí corazón golpea con fuerza.

Ayuda...

- ¿Hola... T/n? ¡¿T/n hola?!

Sentí mí celular caer de mis manos y golpear el suelo a mí lado. El hombre se acercaba lentamente paso por paso hacia mí y aunque un vidrio nos separara sabía que no estaba segura. No podía moverme... Mí miedo me paralizaba, mí mente trataba de mover mí cuerpo pero éste no reaccionaba a nada. No podía moverme.

Ayúdenme...



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