GIVE Me A MOMENT

DOBLE FILO

Desperté con un fuerte dolor en mí entrepierna pero aún así soportable, no sé cómo explicarlo, me siento feliz, me siento completa, tengo temoress porque no quiero que esto termine tan rápido como empezó, tengo dudas porque no sé si esto significó o no algo para Suga, pero tengo una cosa clara...

- ¿Ya despertaste?

La gruesa vos de Suga me trae de mis pensamientos. Lo miro sonreírme como si está ya fuera nuestra vida, como si así fueran nuestros días y me siento cómoda, me encanta estar así acurrucada a este hombre sin importarnos nada.

Ring... Ring... Ring...

Siento mí teléfono sonar y me levanto a tomar la llamada.

- Sammie, hola, pensé que estabas pérdida ya se me hacía raro no escucharte.
- Hola bomboncito ¿qué tal tu día? Escucha eh tenido unos problemitas éstos días y quería saber si te parece bien la idea de que me acompañes esta noche a divertirnos ¿Qué dices?
- Claro, está bien no hay problema, ¿Pasas por mí cada en una hora?
- Por supuesto.
- Ah por cierto, tengo una nueva amiga para presentarte se llama Dalia, es buena onda como tú.
- Perfecto ¡otra más para la revolución! Las paso a buscar por tu casa en una hora.
- Está bien adiós.
- Bye!

- Suga... ¿Podrías llevarme a mí casa?, está noche saldré con Sammie.
- Vamos.

Subimos al auto de Suga y en el camino le envié mí dirección a Dalia para que fuera a mí casa así salíamos en una noche de chicas. En el camino con Suga no hablábamos mucho, más bien la música era la encargada de llenar ese vacío incómodo que se formaba a nuestro alrededor.

- Bueno espero que disfrutes esta noche t/a.
- Gracias, pero solo será una simple salida de chicas. (Mientras me bajaba del auto)
- Como sea...

Sin decir más nada, ni siquiera un chau, un adiós o un simple hasta luego, Suga se marchó y yo sentí una leve puntada en mí pecho que decidí ignorar.

Entré a mí casa y no esperaba encontrarme con aquella escena, Max estaba sentado en el sillón de la sala con una pipa en su mano derecha y un wiki en la otra, cruzado de piernas mirándome espectante...

-¿Hola Max?
- Valla hasta que llegas, pensé que habías olvidado donde vivías...
- ...
- Ven siéntate frente a mí, tenemos que hablar.

Sin desobedecer me dirigí al sillón que estaba frente de mí padre y esperé a ver qué me decía un poco temerosa de que estuviera molesto.

- Hija.
- ¿Si padre?
- ¡Espero que me cuentes esa noche con ese chico!

¿Qué?

- ¿Que hicieron, cómo es él, hicieron algo que un padre normal no debería aprobar? ¡Cuéntame hija que me muero por saber!

Decía mí padre como si fuera mí mejor amigo chismoso, ese que grita contigo mientras saltan en la cama porque el chico que te gusta se te declaró.