HISTORIA

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- Entonces... Todo tiene sentido...
- No puedo entender...
- ¿Tendrá que pasar por lo mismo que nosotros entonces? ¿No podemos encontrar otra solución?
- Pobre T/n...
- Entiendo si comportamiento, ella no tiene la culpa. Fue culpa de su madre...
- ...

Los chicos no sabían cómo tomar la noticia que había traído Suga del doctor. Solo les quedaba esperar que T/n pudiera aguantar al proceso y sobrevivir como ellos...


...

Años antes...


- ¡Suficiente Aaron! ¡Suéltame!
- ¡Cállate de una buena vez perra! (Dijo el hombre mientras la golpeaba fuertemente en el rostro)
- ¿Acaso no tienes corazón? (La mujer indefensa imploraba por su vida) ¡Es tu hija!
- ¡Justamente por eso lo haré mujer idiota! (Respondió el hombre mientras ataba a la madre de su hija en aquella fría mesa de acero de la sala de investigaciones) ¡Será la mejor, digna de ser mí hija!

La mujer lloraba y se estremecía en aquella mesa mientras sus gritos eran ahogados por su pareja quien la había amordazado por no callarse y le colocaba una inyección en este preciso momento...

- Sé que no me entenderás ahora mí amor pero nuestra hija va a ser la mejor y me lo agradecerás

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- Sé que no me entenderás ahora mí amor pero nuestra hija va a ser la mejor y me lo agradecerás...

Las lágrimas de la mujer corrían por su cara sin control alguno al igual que aquellas otras veces en que el hombre había hecho lo mismo. Una vez por semana el hombre inyectaba en su útero aquel veneno para su bebé. Ni a los niños que ella enseñaba se les inyectaba tanto solo una dosis o morían... Siempre se negó a las prácticas que se utilizaban y los medios a los que recurrían para llegar a los resultados absteniéndose a las consecuencias y esta vez le tocó a ella, a su hija, ser inyectada.

No quería que su niña naciera, no aquí, en la mafia. Esa niña que venía en camino producto de una violación por parte de su pareja... Ya lo había decidido, escaparía antes de que la bebé naciera.

¿Por qué no lo hizo antes?
Por ese niño, un pequeño niño que ella amaba como suyo, aquel pequeño que siempre acariciaba y hablaba con su aún no nacida hija. Ese niño era todo para ella. No podía llevarlo consigo porque no tenía como cuidarlo, si bien ella sabía defenderse muy bien no podría hacerlo pasar hambre y frío. Pero tampoco podía dejarlo aquí.

¿Qué si era bueno?
Era un niño muy dulce, pero el mejor asesino de la escuela también. Fue el único niño que sobrevivió a la segunda dosis por lo que lo torturaban extrayendo su sangre e incluso parte de piel para estudiarlo y quién sabe, lograr encontrarel motivo por el que él fue el único que sobrevivió...

Los ojos de la mujer comenzaron a cerrarse lentamente despidiéndose de la luz a su entorno como todas las veces en que ésto sucedía...

Sus ojos se cerraron...

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