Su cuerpo tembló, las lágrimas se agolparon en sus ojos, pero no cayeron, logrando que el nudo en la garganta solo se volviera más grande ahogándola y lastimándola. Su conciencia luchaba desesperadamente para no desprenderse de su cuerpo, la oscuridad la empezó a llevar con lentitud, su cuerpo entumecido de dolor le exigía la alegría del olvido, pero como una masoquista volvió a evocar todo lo que había escuchado y todo se esfumó; los ruidos, los olores, todo a su alrededor se desvaneció. Solo estaba ahí parada sin poder procesar nada de lo ocurrido, le pareció que el mundo se ponía al revés, y creyó que otra vez volvía a tener quince años y que todo había sido solo un mal sueño. Sus rodillas tocaron el suelo mientras su mente embotada luchaba por no perder la razón, su cuerpo sufrió escalofríos, uno tras otro, anunciándole la llegada de un dolor inimaginable, pero se resistió a recibirlo e ignoró todo tenía que huir, salir corriendo... adentrándose en sí misma buscó en su negro interior las fuerzas para levantarse, pero sus extremidades no respondían y las fuerzas que tanto necesitaba no se hallaban. Un sonido llegó desde lejos... era la puerta del despacho siendo abierta y un taconeo le avisó sobre la próxima aparición de una mujer que se hacía llamar su madre. Se intentó levantar y falló, lo intentó otra vez hasta que estuvo recta, su pecho dolió como no le había dolido en mucho tiempo, tantas mentiras que había escuchado, las lágrimas empezaron a caer calientes por su rostro y la idea de que Sebastián estuviera vivo empezó a salir a la luz abriéndose paso a través de su conciencia dejándola en carne viva. El dolor era insoportable, había creído en su abuelo, y hasta en su madre con su sarta de mentiras, pero todos le habían mentido, ahora estaba sola. Su primer impulso fue ir a esconderse a los brazos de Eduardo, pero...
¿Él no le había mentido también?
Salió despacio de la casa y caminó, no supo cuánto, solo caminó siguiendo un sendero hasta que vio asomarse el final de la hacienda, cuerda no hubiera intentado salir caminando bajo el sol abrazador o el largo tramo, pero su cuerpo encerrado no registró nada de esto, ni tampoco hubo un alma que notara su salida. Se aventuró hacia afuera, sola y con el alma colgándole en las manos.
*****
Eduardo volvió a la casa después de haber estado horas en el establo junto al veterinario atendiendo a la yegua, sonrió feliz de volver a estar desocupado y poder ver de nuevo a la mocosa que le robaba el aliento y llenaba su mente a cada instante. Se preguntó cómo le habría ido en su conversación con Hermes, de todo corazón esperaba que aquel fuera un paso para que esos dos se reconciliaran y empezaran otra vez. Se asomó al salón mientras Hermes daba vueltas con un vaso de licor en la mano, lo miró con curiosidad y asintió hacia él en forma de saludo.
- ¿Qué sucede Hermes, algún problema?
- Como si eso fuera una novedad... traté de razonar con Clarisa pero todo salió mal, terminamos discutiendo durante mucho rato una cuestión que tenía una única solución, y ahora la muy caprichosa ni siquiera se quedó... se ha largado a la primera en que tuvo la oportunidad.
-...El asunto es delicado, no le puedes decir todo a Eliza de la noche a la mañana, tienes que prepararla primero.
- ¿Prepararla? No hay jodido tiempo y lo sabes, estos malditos estarán sobre nosotros a la primera en que nos descuidemos... lo que menos tenemos es tiempo... - Se rascó la cabeza casi desquiciadamente, y en un intento de aligerar el ambiente, Eduardo preguntó.
- ¿Hablaste con Eliza?
- ¿Yo? Pero si ni siquiera la he visto.
- No es posible, hace algún rato atrás ella iba directo a tu despacho a hablar contigo acerca de la fiesta que quiere preparar.
![](https://img.wattpad.com/cover/192822129-288-k169170.jpg)
ESTÁS LEYENDO
HACIENDA RINALDI
عاطفيةEliza Rinaldi no puede olvidar su trágico pasado, todo el mundo estuvo en contra de su romance con un chico que parecía un verdadero ángel. Eduardo, administrador, socio y mano derecha de Hermes Rinaldi, hombre frío, cruel y cínico,,Y AMIGO, tendrá...