Cebollita

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T r e i n t a   y   c u a t r o

Yoongi sonrió avergonzado, se cubrió la el rostro y se fue alejando de a poco, tomó asiento en un lugar apartado de donde su novio estaba bailando con Taehyung.

— La vergüenza que me hace pasar tu padre, no se puede comparar con todo lo que me costó el álbum limitado de ese artista que tanto le gusta, — murmuró sobando su vientre—, sin embargo, me gusta verlo sonreír, —sintió sus ojos picar y maldijo entre dientes—, joder Cebollita, no era para tanta la emoción, no hagas llorar a tu papi.

— ¡Pa' la disco, sabe mover, si!

Cerró los ojos al ver como Jimin le miraba de una manera que pretendía ser seductora, seductora si es que tuvieses un gusto peculiar por los que babean y tiene una demasiado ligera complicación para distinguirte de la pared.

— ¡Yoongi mi amor, esperamos a un bebé!

— Sí creo que este bulto en mi vientre lo comprueba.

— Yoongi ven a bailar conmigo,—suplicó acercándose tambaleante—, juro que no voy a pisarte, recuerda que gané varios concursos de baile y soy el mejor.

— No vengas a joder Jimin, me duelen los malditos pies y no estoy para soportarte ebrio, anda a divertirte con los demás.

Lo cierto es que sus amigos se la estaban pasando fenomenal en su patio, con unos enormes parlantes y mucha comida.

— ¡Yoongi ven a divertirte, no seas un ogro! — gritó Hoseok moviendo sus caderas al ritmo de una canción.

— Hoseok anda a mover las nalgas lejos de mí.

— ¡Pooor faaavor mi amoooor! — cantó, o más bien, gritó Jimin.

— ¡Yoongi tírate un paso, Yoongi tírate un paso! — alentaron todos.

— ¿¡Qué paso voy a tirarme si tengo tremenda pelota de yoga!? ¡Dejen de joder y bailen ustedes o voy a bajar el interruptor principal y todos se van a la mierda! — enrabiado, tomó su vaso vacío de plástico y se lo lanzó al primero que vio, o sea, Jimin.

El grupo se burló del afectado y decidió no seguir insistiendo por seguridad, le sonrieron a Yoongi y se alejaron de él.

— ¿Por qué siempre quieres lastimarme?

— ¿Por qué no entiendes que un no es un no?

— Pero yo solo quería bailar contigo,—se quejó haciendo un mohín con sus labios, se acuclilló delante de él para sobar la pancita—, sería nuestro primer baile como una familia.

— Ya hemos bailado anteriormente, — rodó los ojos un poco irritado.

— Pero esta sería la oficial, vamos amor, por favor, por favor, — suplicó con una voz lastimera y unos enormes ojos brillantes que, observaban directamente a Yoongi.

— Joder, no sé cómo lo haces,—se puso de pie tomando la mano de Jimin—, esto me está golpeando el orgullo.

— Hago que pierdas la cabeza mi amor, — canturreó.

— No alardees que voy a volver a pegar mi trasero a la silla, — lo amenazó apuntando la silla a sus espaldas.

— Vale, vale, vale, ya no voy a decir nada.