Cebollita

46💥

Ambos estaban jadeando, Yoongi dejaba besos húmedos en el cuello de Jimin, mientras su mano recorría el abdomen dirección a su parte íntima.

— Pensé en tí todo el día, — susurró entre besos—, estaba planeando todo lo que haría contigo.

Metió la mano debajo del bóxer de Jimin, rodeó su miembro y comenzó a acariciarlo mientras movía su dedo pulgar en formas de círculo sobre el glande.

— Dios Yoongi, — gimió.

Un llanto escándaloso hizo saltar del susto a ambos.

— Ya va a tranquilizarse,—trató de distraer a Jimin, pero este ya se había alejado.

— No voy a tardar mucho, —le aseguró lanzándole un beso.

Jimin soltó una risita al escuchar maldecir a su novio. Fue a la habitación de Haeri, un mohín apareció al ver como el bebé movía sus brazos y abría su boca para gritar, sintió mucho dolor al verlo así.

— ¿Qué pasa hijo? Pobre mi bebé, él bebé más lindo de todos, ven con papi, —lo tomó en brazos, lo acunó, acercó su dedo a la boca del bebé para ver si tenía hambre y efectivamente comenzó a mover sus labios para absorber—. Mi bebé tiene hambre.

Alejó su dedo y notó como el rostro de su hijo se arrugaba para retornar al llanto, no tenía nada de paciencia. Igual que Yoongi.
Fue a la cocina para preparar la fórmula, pero encontró a su novio con esta lista probando si estaba tibia.

— Uau, que rápido.

— Mi hijo estaba llorando, yo intenté ignorarlo y me hizo sentir mal. Es una disculpa para Haeri. Vamos al sillón, vas a estar más cómodo allí.

Se apresuraron a sentarse, Jimin acomodó al bebé y comenzó a alimentarlo.

— ¿Qué hora es?

— Las dos de la mañana.

— ¿Tan tarde?

— Sí, tenemos a un bebé madrugador.

Cuando Haeri estuvo satisfecho, unas palmaditas y gases afuera, bueno, tuvieron que esperar unos largos minutos hasta que lo soltó.
A su lado, Yoongi estaba dormitando.

— Vamos, tienes que dormir.

Dejaron a Haeri en la cuna con un chupón. Yoongi se lanzó a la cama para dormir de una vez. Jimin no quiso molestarlo, además, también tenía sueño, así que se acomodó cerca del amor de su vida y cerró sus ojos.

Al día siguiente Yoongi despertó con un dolor de cabeza por las pocas horas de sueño, Haeri se había levantado como dos veces después de haberlo alimentado en la madrugada. Jimin sabía que tenía que ir a trabajar en pocas horas, por lo que él se quedó atendiendo al bebé mientras él dormía.

— Dios, no sé cómo lo hacen las personas que tienen más de un hijo, —se quejó observando de reojo a su hijo que movía los puños en silencio.

Le dio un sorbo a la taza de café, no estaba muy seguro si podía tomarlo o no, pero las instrucciones médicas se pueden ir por donde no pega el sol por hoy día, estaba a punto de ponerse algo en los párpados para no cerrarlos.
— Si no lo vivimos no lo sabremos.

— No va a funcionar Jimin, ahora lo último que quiero es otro hijo, con uno es suficiente.

— Lo intenté, —dijo con exagerada tristeza.

Yoongi rodó los ojos y le sacó el dedo del medio.

— Me tengo que ir, y no pienses más en cosas así por ahora, joder, vas a traumarme uno de estos días si sigues con el tema de otro Cabezón.

— Cebollita es mejor que Cabezón.

— Shh, ese apodo es privado y tiene derecho de autor, solo yo puedo decirlo.

— No seas así Yoongi, yo también quie...-

— No, búscate tu propio sobrenombre, —se acercó al bebé y le dio un beso en su frente—, adiós Cebollita, explícale a tu papá osito que el plagio está mal y que papá oso puede hacerle sufrir.

— Yoongi, —le regañó alejando a Haeri.

— Te amo, pero voy a dejar de hacerlo si haces plagio, — le advirtió.

Le robó un beso y se marchó.