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T r e i n t a   y  n u e v e

Un fuerte dolor hizo gemir a Yoongi en horas de la madrugada, aturdido parpadeó varias veces intentando recuperar el mando de su cuerpo, mas otra punzada lo cegó.

— Mierda Cebollita, estás matando a tu papi.

Jimin a su lado dormía muy plácidamente el cabrón. Con toda la fuerza que reunió lo pateó tirándolo fuera de la cama, el ruido en seco y el aullido de dolor provocó que riera.

— ¿Por qué hiciste eso?

— ¡Prepara el coche!

— ¿Qué? — con el cabello despeinado y tallándose un ojo, su novio se levantó para dormir de nuevo.

— ¡Imbécil Cebollita está queriendo invadir la tierra ahora!

— ¿No es un simulacro? — de pronto parecía más despierto.

— ¡No! ¿¡Quieres que te dé otra patada para que entiendas que es la realidad!?

Asustado hasta la punta de los pelos, Jimin fue a preparar todas las cosas, sus manos temblaban y desde el cuarto del bebé podía oír como Yoongi estaba pasándola mal.

— ¡Ya está listo! — gritó a nadie en particular, fue a buscar a su novio para subirlo al coche.

Yoongi apenas pudo caminar hasta el coche.

Fue la primera vez que Jimin condujo como un salvaje, hasta el hospital, cuando llegaron gritó como loco y estaba a punto de desmayarse, sin embargo, Yoongi le dio un golpe en la nuca y le pidió que se tranquilizara. No perdió el tiempo y envió un mensaje al grupo de amigos que estaba por nacer.

Llevaron a Yoongi a una sala para verificar que todo estaba bien. Todo salió positivo y ya estaban sacando su ropa.

— Dios, Dios, Dios, tengo tanto miedo, —susurró Jimin.

— Necesito tu apoyo ahora, no que tengas miedo.

— Si, si, lo siento, — se disculpó secando sus lágrimas.

Yoongi lo observó con amor y le dio un pequeño beso.

— Todo va a salir bien.

Los separaron por unos minutos porque Jimin tenía que ponerse un traje quirúrgico y Yoongi fue derivado a una sala de operaciones.

Todo estaba listo, teniendo su grabadora en mano, la operación comenzó. Hubo un punto en que tuvo que pedir a una enfermera grabar porque tanta sangre le provocó náuseas, al instante en que volteó escuchó un llanto desgarrador.

— Joder, sacó tus pulmones.

Se tapó el rostro y comenzó a llorar, el doctor Jang se acercó a él para atraerlo hacia su novio que tenía al bebé sobre su pecho.

— Felicidades.

— ¡En tu jodida cara Park, haría un pirueta de doble salto si no tuviera el vientre al aire!

Los especialistas rieron y una enfermera tomó al bebé para dárselo a Jimin.

— Que hermoso bebé eres—, susurró al ver su pequeño rostro rojo fruncido por el llanto.

Al cabo de unas horas, ya estaban en una sala descansando. Todo salió bien y ambos estaban muy contentos por eso.
Sus amigos y sus padres estaban allí para acompañarlos.

— ¿Cuánto wons le debo Yoongi-Hyung? — preguntó Taehyung.

— Multiplica cincuenta mil por nueve.

Su amigo espantado replicó.

— ¿Por qué por nueve?

— Obvio, por los nueve meses de espera.

Mientras tanto el bebé estaba en manos de Seokjin, el resto estaba observando expectantes por si hacia algo especial.

— Ya quiero oír sus primeras palabras.

— Hijo, déjalo respirar, acaba de nacer.

CebollitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora