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T r e i n t a  y  d o s

Continuación del anterior capítulo.

— ¡Yoongi no! — susurró-gritó su novio al estar a su lado, su rostro rojo como un tomate—. Amor, nos estás humillando.

— Tienes razón, antes eras tú el que me humillaba, —admitió, sin embargo, eso incrementó el deseo de avergonzarlo-, como no queremos recordar viejos tiempos deja que te siga humillando. ¡Jimin cabezón, que el hombre bola me está tocándome las pelotas!

— No grites, estoy a tú lado,— protestó golpeando su pie derecho contra el suelo—, no me hagas esto, que voy a llorar.

— ¡Ay! Será masivo si te pones a llorar, porque yo también lo haré, y estoy muy seguro que no te gustará.

— Entonces no nos humilles, —intentó ponerle final.

— ¡Jimin pero si me estoy divirtiendo, terco!

— Te lo advertí, —lo reprochó amenazadoramente, se alejó de Yoongi bajo la atenta mirada del anterior, se sentó en una silla de plástico, infló su estómago y comenzó a sollozar-, soy un embarazado terco y bipolar que necesita amor.

Jimin comenzó a fingir que estaba embarazado.

— Que hijo de puta,  —susurró Yoongi impresionado por el don de actuación que poseía, estaba a punto de sacar su móvil, grabarlo para mostrárselos a todos y burlarse en la cara de cada uno cuando no le creyeron lo manipulador y convincente que puede ser.

— ¡Yoongi maldito perro infeliz que me dejas en este estado! —gritó ahora sí llorando como si le hubiesen dando un tortazo en toda la cara—. ¡Ay!

Yoongi carraspeó observando hacia el lado contrario de Jimin, el hombre con vientre de pelota de yoga se burlaba en silencio de ambos, sin embargo, con una mirada matadora le cerró el pico.

— ¿Estás bien cariño?

Como si alguien le hubiese pinchado el cuerpo, giró hacia su novio y lo encontró siendo consolado por una mujer que estaba muy cerca de su amor y padre de su futuro mejor regalo que la vida les pudo dar, se puso de pie listo para ir a defender su puesto.

— ¡Jimin he visto a Yoongi rondando por aquí y dijo algo sobre bloquear tarjetas o algo así, también habló de un tal Taemin y que no compraba nunca, pero nunca más entradas y que fueras entablando una relación con el perro del vecino porque van a ser compañeros de casita! —exclamó dramatizando al máximo, incluso colocando una mano al pecho, como si no pudiera creerlo.

— Que hombre más frío, —se metió la mujer—, ¿cómo puede decir todas esas cosas hacia su pareja?

— Yo...—interrumpió a Jimin levantando una mano para tapar su boca, quizá lo hizo de una manera muy bruta, pero se lo merecía.

— Es que Jimin le metió los cuernos a Yoongi, no sabe si está embarazado de él o de el dueño de donde va a comprar los discos de este artista que no recuerdo como se llama.

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